En realidad, ciencia y cultura son dos caras de la misma moneda. Dos piezas insustituibles en la configuración del pensamiento. En plena sociedad del conocimiento ambas buscan la manera de arbitrar las preguntas esenciales de nuestro mundo. La cultura es el sustrato que permite el desarrollo de la ciencia y la ciencia un vector para el progreso cultural.
De hecho, cada vez son más las instituciones y los centros culturales interesados en promover la divulgación científica, y cada vez son más los científicos que buscan en el arte y la creatividad la solución a sus dudas.