Un objetivo prioritario de esta renovación ha sido otorgar el mayor carácter didáctico posible a la sala, acercando las planchas expuestas al público no especializado para que el proceso creativo resulte cercano a todos.
Al mostrarse dos materiales tan diferentes como son el metal y el papel, cada uno con características de conservación distintas, por razones obvias se ha primado la conservación de los cobres originales, absolutamente excepcionales, por lo que resulta museográficamente imposible mostrar estampas junto con las planchas sin poner en riesgo la conservación de las primeras. Por este motivo se exponen reproducciones digitales en alta calidad de las estampas, enmarcadas junto a cada una de sus correspondientes planchas.
Para comprender en plenitud el proceso creativo de Goya se ha creado una sala de proyección en el espacio anterior al Gabinete donde se muestra de forma ininterrumpida un vídeo en el que se explican las diversas técnicas de grabado calcográfico, así como el procedimiento de estampación.
Las planchas se exponen al público iluminadas con fibra óptica, mediante una iluminación de acento que persigue crear un efecto espacial de recogimiento, adecuado al enorme valor de las matrices de grabado expuestas. Este sistema es totalmente idóneo para la conservación y produce el deseado efecto espacial. Se ha complementado con unos potenciadores para ganar intensidad, sobre todo en los extremos, sin influir en el consumo.
Las impresiones digitales en papel están iluminadas mediante luz rasante con tecnología led, montada sobre un soporte perimetral que permite ganar distancia y ángulo para una correcta iluminación de cada objeto de la sala. La iluminación general, anteriormente de tubos fluorescentes perimetrales, ha sido también sustituida por tecnología led.
El cobre requiere unas condiciones ambientales de conservación muy estrictas, ya que es altamente sensible a la corrosión por interacción con el medio ambiente. Los factores más influyentes en la conservación de las planchas metálicas son la humedad relativa y la contaminación del aire. Para reducir al mínimo estos factores de riesgo se han instalado en la sala dos nuevos deshumectadores que equilibran la conservación de las obras de arte expuestas y garantizan el confort de los visitantes.
Obras de arte en sí mismas
El Gabinete Francisco de Goya muestra una selección de matrices realizadas por el artista, desde sus primeros contactos con el mundo del grabado, copiando las obras que de Velázquez se conservaban en el Palacio Real, o sus primeros grabados de invención (El agarrotado y San Francisco de Paula), hasta las planchas correspondientes a sus cuatro series: Caprichos, Desastres de la guerra, Tauromaquia y Disparates. Todas ellas son un alegato a favor de la libertad de creación, huyendo de convencionalismos y reglas.
A finales del siglo XIX y primera mitad del XX, estas láminas, realizadas en cobre, recibieron un recubrimiento electrolítico que les confiere el aspecto que ahora presentan. Por decisión de la Real Academia han dejado de estamparse, pasando de este modo a convertirse en obras de arte en sí mismas, en objetos artísticos dignos de admiración como obras maestras del arte del grabado, pero también permiten al estudioso apreciar el uso personal que Goya hace de las distintas técnicas calcográficas en cada una de sus planchas.
Caprichos (1797-1799) o la crítica
El 6 de febrero de 1799, en el Diario de Madrid se daba cuenta de la venta de una “colección de estampas de asuntos caprichosos, inventadas y grabadas al aguafuerte por D. Francisco de Goya”. Días más tarde, el 19 de febrero, Goya decidió retirar de la venta los Caprichos, probablemente ante una posible persecución de la Inquisición. En 1803, Goya entregaba al rey la totalidad de los cobres y 240 ejemplares de estampas de la serie completa a cambio de una pensión para su hijo Javier. Ese mismo año, el rey cedía las ochenta láminas y las estampas que le quedaban a la Calcografía Nacional.
Conocida con el nombre de Caprichos, esta serie representa el testimonio de una sociedad en cambio que asiste al momento final del Antiguo Régimen y al nacimiento del pensamiento liberal burgués. Goya hace una crítica que abarca a todos los sectores sociales, nada ni nadie escapa a su incisiva mirada. Desde las imágenes de galanteo con tipos populares y críticas a ciertas profesiones y al clero, hasta sus grotescas visiones de supersticiones. La estampa más significativa de la serie es el capricho 43 titulado El sueño de la razón produce monstruos, una metáfora de que se vale el artista para ocultar su actitud crítica ante la sociedad en la que vive.
Desastres de la guerra (1810-1815), ¿el primer antibelicista?
Las 82 planchas de cobre de los Desastres de la guerra se han convertido en un icono universal de la monstruosidad que representan las guerras. Goya, testigo de la Guerra de la Independencia española (1808-1814), se convierte en un cronista imparcial que culpa a los dos bandos. En sus estampas se pueden encontrar iconos universales que se repiten a lo largo de los siglos, tal y como después quedarán reflejados en la fotografía de guerra. Es el precursor de un discurso antibelicista que irá desgranándose en todas y cada una de las estampas de esta serie.
El terror, el fanatismo, la injusticia, la miseria, la muerte… son las terribles consecuencias de la guerra y la represión política. Todos son víctimas y verdugos, ya que el responsable último del sinsentido de la guerra es el hombre colectivo y anónimo. El sobrecogedor discurso de Goya en esta serie es el primero que no presenta el conflicto bélico como un hecho heroico, sino como un cúmulo de crueldades y vejaciones de las que todos son culpables.
Las planchas de los Desastres de la Guerra fueron adquiridas por la Real Academia en octubre de 1862 y su primera edición se realiza en 1863 en la Calcografía Nacional.
Tauromaquia (1814-1816), imágenes desconcertantes
Tras muchas vicisitudes, las planchas de la Tauromaquia fueron adquiridas por la Real Academia en 1979. Tal y como están ordenadas las estampas en sus diferentes ediciones aparecen estructuradas en tres partes: la historia de la tauromaquia en España desde la Antigüedad, las figuras de las dos escuelas principales del toreo durante el siglo XVIII (la navarro-aragonesa con el Estudiante de Falces, Juanito Apiñani y Martincho, y la andaluza con Pepe Hillo y Pedro Romero) y, por último, algunos lances de la lidia que finalizan de forma trágica.
La Tauromaquia siempre se aceptó como una serie que ahondaba en la imagen romántica de España. Sin embargo, una nueva interpretación ofrece una imagen patética, no halagadora de las corridas de toros. Goya se muestra influido por el ambiente ilustrado de la época, contrario a esta modalidad de diversión popular, por lo que se apartó del modelo tópico del tema, creando unas imágenes desconcertantes mediante un lenguaje de violenta intensidad. La anulación de la distancia, la eliminación de elementos anecdóticos y la valoración dramática de la luz y del vacío sirven para crear unas escenas ambiguas que han provocado la duda sobre la posición de Goya en su madurez, a pesar de declararse un taurino entusiasta en su juventud.
Disparates (1815-1824) o el enigma
En octubre de 1862, tras un proceso iniciado seis años antes, la Academia de San Fernando adquiría, junto a las láminas de los Desastres de la guerra, 18 cobres de los Disparates. A diferencia del resto de las series, donde hay datos que permiten deducir títulos fiables y acordes con la voluntad del artista, esta serie carece de referencia iconográfica alguna.
A partir de la primera edición en 1864, que se estampa en los tórculos de la Calcografía Nacional, se da a conocer al público con el título inicial de Proverbios. El título de Disparates, con el que ahora la conocemos, ha sido tomado de algunas de las pruebas de estado en las que aparece esta palabra.
Varias circunstancias han contribuido a reforzar el enigma de esta serie: su carácter inconcluso, la inexistencia de comentarios o leyendas descriptivas, el silencio en las fuentes de la época, la tardía publicación de las estampas, su arbitraria ordenación. Son obras enigmáticas, puramente imaginativas. Es la serie que mayor influencia ha tenido como apertura hacia el arte moderno, con la que Goya entra en el siglo XX.
– Gabinete Goya. PDF (5,5 Mb) [1]
Extraordinaria colección
La Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, creada en 1789 para acometer los proyectos de grabado surgidos en el marco de la política ilustrada, ha reunido a lo largo de su historia un extraordinario conjunto de planchas grabadas por los más significados artistas españoles, hasta conformar una de las mayores y mejores colecciones de matrices calcográficas del mundo. Su extraordinaria colección de planchas grabadas, sólo comparable por su historia y calidad a los fondos de la Chalcographie du Musée du Louvre de París y del Istituto Centrale per la Grafica de Roma, convierte a la Calcografía Nacional en un punto de referencia ineludible para el estudioso y aficionado al arte gráfico.
Ahora, la renovación museográfica del Gabinete Francisco de Goya permite que la experiencia del visitante gane en intensidad sensorial y cognitiva, reforzada por una mejora sustancial de los criterios de conservación, percepción y didáctica, facilitando el mayor disfrute y la mejor comprensión de las asombrosas creaciones gráficas de Goya.