Tras la finalización de las obras, el Museo tendrá 21 nuevas salas dedicadas a la Colección permanente y sumará 2.000 metros cuadrados construidos nuevos para zonas públicas con bienes culturales. La adecuación de estos espacios, que tiene prevista su finalización en febrero de 2021, incrementará aproximadamente un 25% el número de obras de los fondos del Museo que podrán ser contempladas por el público.
Con esta acción se recupera un espacio de gran valor arquitectónico que ya entre 1986 y 1990, entonces como Centro de Arte Reina Sofía, acogió exposiciones temporales de gran relevancia, como Referencias: Un encuentro artístico en el tiempo, comisariada por Carmen Giménez en 1986, o la dedicada a Jasper Johns o Henri Matisse, en 1988, así como a albergar las obras maestras de la Colección Phillips de Washington o de la Colección Beyeler.
Cuando después de la remodelación llevada a cabo por José Luis Íñiguez de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro, el 31 de octubre de 1990 abre de nuevo sus puertas, el edificio, ya como Museo Reina Sofía, el privilegiado espacio aún acogería importantes muestras como Tàpies. Extensiones de la realidad, en 1990, Carmen Laffón: Bodegones, figuras y paisajes, y Richard Serra, estas dos últimas en 1992.
30 años después, aquellos espacios recobrarán su uso y se verán reconvertidos en espaciosas salas preparadas para acoger al público y a las obras más recientes de la Colección y un apartado especial dedicado a Arquitectura.
Nuevo recorrido
La esquina sureste del edificio Sabatini, el punto donde ahora va a comenzar la intervención, es el mismo en el que en el siglo XVIII se realizó el primer replanteo y en el que hace 300 años comenzaron las obras con la colocación de sus primeros muros de sillería.
En el nuevo recorrido estarán presentes artistas de dentro y fuera de España como Dora García, Asier Mendizabal, Hito Steyerl, Rosa Barba, Angela Melitopoulos, Chto Delat, Leonor Antunes, Marwan Rechmaoui, Cabello-Carceller, Miriam Cahn, Maja Bajevic, Azucena Veites, Ana Boghiguian, David Bestué o Henrik Olesen: con sus obras se crearán los relatos que sirvan para acercarnos a lo que está ocurriendo hoy.
El arte latinoamericano más reciente tendrá también un hueco en la presentación. Han sido numerosas las donaciones que ha recibido el Reina Sofía en los últimos años (la realizada por Jorge Pérez, la Colección Patricia Phelps de Cisneros, Helga de Alvear o Juan Carlos Verme); las nuevas salas van a permitir ver reunida la obra de Yolanda Andrade, Daniela Ortiz, Sara Ramo, Patricia Esquivias o Juan Javier Salazar.
Arquitectura
La arquitectura entra por la puerta grande en la Colección del Museo y va a ser uno de los pilares en la nueva presentación. Esta disciplina es esencial para entender el arte de los siglos XX y XXI y sin ella no se puede entender la cultura española. Cuando los nuevos espacios abran sus puertas se va a poner a disposición del visitante material que le va a permitir establecer los vínculos entre las artes visuales y la ciudad: revistas especializadas, material fotográfico, maquetas, proyectos…
Pieza fundamental en el relato va a ser el legado del arquitecto catalán José Antonio Coderch (Barcelona, 1913 – Esposa, Gerona, 1984). Su familia donó al Museo recientemente su archivo compuesto por proyectos, cartas, fotografías y maquetas; muchas de estas piezas podrán ahora verse junto a los archivos de García Paredes y Martín Domínguez.
También van a poder ser mostradas importantes fotografías de Fernando Figueras, como la unidad vecinal de absorción de Hortaleza en Madrid y la maqueta del Hotel Las Salinas en Lanzarote, así como algunos trabajos de Aizpurua-Labayen; materiales del arquitecto José Miguel de Prada Poole o de José Luis Íñiguez y Antonio Vázquez de Castro sobre el poblado dirigido de Caño Roto.
Este proyecto tiene un presupuesto global de 1.758.864 euros (impuestos incluidos). De esa cantidad hay que detraer el 1,5% cultural aportado por el Ministerio de Transporte Movilidad y Agenda Urbana, además de otros 439.000 euros fruto del convenio de colaboración firmado por ese Departamento con el Museo.
Accesibilidad
La arquitectura juega un papel determinante en los aspectos sociales del Museo al garantizar no sólo la accesibilidad física, sino la social. La reordenación de espacios responde a una actualización y adecuación a la nueva realidad, en la que el peso de la Colección va a cobrar mayor fuerza y en la que el Museo se va a adaptar a escenarios distintos y responder a las demandas y necesidades del público.
Por ello, el nuevo proyecto ha puesto el foco en la experiencia física del visitante para garantizar su máximo confort, reforzando a la vez la idea de museo como servicio público y de espacio para la participación.
Llevado a la práctica, la intervención va a regular de manera natural la circulación de los visitantes, haciéndola sencilla y racional. Al tiempo se va a mejorar de manera notable la conexión entre los edificios Sabatini, de finales del siglo XVIII, y Nouvel, de principios del siglo XXI, al crear un nuevo acceso directo entre un edificio y otro, quedando con ello garantizada la accesibilidad a estas salas sin necesidad de medios mecánicos.