Es Yves Saint Laurent, el autor que logró hacer inmortales sus iniciales (YSL), aquel que se inspiraba en la vida para crear, para vestir una época, quien consiguió elevar el oficio de diseñador a lo más alto de las manifestaciones creativas de su época, hasta llegar a ser considerado por muchos uno de los artistas más representativos del siglo XX: «Quiero que todos sepan el respeto que merece este oficio, que no consiste tanto en hacer arte cuanto en la necesidad que tiene un artista de existir».
Desde hoy jueves, y hasta el 8 de enero de 2012, la Fundación Mapfre ofrece la primera retrospectiva que se realiza sobre Yves Saint Laurent en España, una muestra realizada en colaboración con la Fondation Pierre Bergé-Yves Saint Laurent que ofrece un completo repaso a 40 años de creación del diseñador. La exposición se desarrolla sobre una estructura temática de 11 espacios que albergan una selección de cerca de 150 modelos de alta costura y prèt-a–porter, más de 80 dibujos, fotografías y películas.
Puesta en escena
La puesta en escena de las creaciones seleccionadas para la exposición se concibe como una progresión teatral desde los comienzos de YSL como diseñador en Dior, con la famosa colección Trapèze (1958), hasta el esplendor de sus trajes de noche. La construcción de su estilo y los fundamentos de su obra están presentes a través del contexto histórico, ilustrado con dibujos (planta -1), fotografías y películas. Los distintos espacios muestran las inspiraciones artísticas y culturales de un diseñador que combinó el anhelo de vestir a la gente común, sin renunciar por ello a la confección de un modelo exclusivo para la mujer de sus sueños. La muesta se cierra con una apoteosis de colores y de creaciones que ubican su obra en el presente.
Estas son algunas de las claves de la exposición:
Ambición de la Alta Costura
En 1955, Yves Saint Laurent entra en la casa Dior, en la que el gran modisto le designará su sucesor. Dos años después, tras la muerte de su mentor, da el paso desde una alta costura obsoleta a ser el protagonista del «reinado del estilo» gracias a la conocida colección Trapèze. Los vestidos que liberan el cuerpo prefiguran el espíritu de libertad característico de los años sesenta.
Estudio Mental / Estudio real
El estudio mental es un lugar de penumbra donde la imaginación y las referencias estéticas (pintores, músicos, escritores, etc.) configuran el imaginario de sus creaciones. El estudio real, que evoca el taller de la Rue Marceau, es el lugar donde dichas creaciones cobran vida.
La revolución de los géneros
El chaquetón, la sahariana, el pantalón y la chaqueta sastre, la camisa normanda, la túnica y el mono o jumpsuit son algunas de nuevas prendas que ofreció a su clientela. El guardarropa debía reflejar como en un espejo un nuevo estilo de vida, una nueva imagen de la feminidad. En este contexto crea, entre lo femenino y lo masculino, una nueva estética en la que los géneros se confunden: a través de los tejidos –lana y muselina– y de la camisa y el traje completo de hombre, que ahora ofrece también a la mujer.
Yves Saint Laurent y las mujeres
Para Saint Laurent, vestir a la mujer es ayudarla a vivir lo cotidiano en un mundo en continua transformación. Reemplaza el “total look” por un guardarropa donde cada mujer encontrará su propio estilo. Sus vestidos tendrán tal aceptación que Lauren Bacall, la duquesa de Windsor, Jacqueline Kennedy, la condesa de Ribes, Betty Catroux o Loulou de la Falaise, entre otras, se unen a su clientela.
La marca fetiche, Saint Laurent Rive Gauche, lanzada en 1966, constituye un hito en la historia de la moda. Pionera del prèt-a–porter de lujo, conocerá un inmenso éxito que prefigura el de las marcas globales contemporáneas. Su estilo se hace accesible a un gran número de mujeres y se impone en el mundo entero a través de cientos de boutiques.
Belle de jour, Catherine Deneuve
«Ella siempre me resultó extraordinaria. La vestí después de Belle de Jour, 1967, la película de Luis Buñuel. Es una mujer que tiene un encanto y un corazón maravilloso». Yves Saint Laurent
Esta sala muestra algunas de las grandes piezas del guardarropa de Catherine Deneuve, una de sus más importantes musas, desde el vestido empolvado en negro y satén marfil creado para Belle de jour (1967), al vestido de noche largo, en crepé de satén rojo tango (1977).
1971. La colección del escándalo
En verano de 1971 presenta una colección inspirada en la década de 1940. En los salones de moda se produce consternación. Más que las reminiscencias de la época de la guerra y la ocupación, es el tipo de mujer imaginada por el diseñador lo que provoca. La prensa reacciona violentamente en contra y le condena, pero la colección triunfa y la calle adopta inmediatamente sus postulados. Las jóvenes se reconocen en este estilo retro. Sin embargo, la desnudez de algunos de los modelos, que a través de blusas y vestidos dejarán entrever sus cuerpos, resultaron escandalosos en los ambientes más conservadores.
La feria de los exotismos
«Con mi imaginación, viajo a países que no conozco. Detesto viajar. Si leo un libro sobre los indios, con fotografías, o sobre Egipto, donde nunca he estado, mi imaginación me lleva hasta allí. Así es como he realizado mis viajes más bellos». Yves Saint Laurent (entrevista con Catherine Deneuve. Globe, 1 de Mayo de 1986)
Muchos de sus modelos están inspirados en viajes, reales o imaginados, que conectan al diseñador con sociedades lejanas pero que él adopta e incluye en su discurso como propias. Culturas y estéticas a las que nos acercamos a través de su imaginación –China, Japón, Rusia, Marruecos, pero sobre todo Europa– están presentes en este espacio.
Homenajes: diálogo con artistas y escritores
«Mondrian significa la pureza, no se puede ir más lejos en el ámbito de la pintura. La obra maestra del siglo XX es un Mondrian». Yves Saint Laurent
En 1965 lanza una colección inspirada en Mondrian. Las revistas del mundo entero aplauden estas creaciones que traspasan los límites existentes entre los géneros artísticos, adaptando para la moda un lenguaje propio que había sido pensado para la plástica. De ahora en adelante, el diseñador establecerá un diálogo con artistas de distinta sensibilidad: Mondrian, Wesselman, Poliakoff, Van Gogh, Matisse, Picasso, Braque, Léger, Apollinaire, Aragon, Cocteau, Lalanne, etc.
El último baile
«Adoro a Visconti y las épocas turbulentas, como en Livia, un amor deseperado. Me seduce la decadencia, anuncia un mundo nuevo y, desde mi punto de vista, el combate entre una sociedad cautiva entre la vida y la muerte es algo absolutamente magnífico de contemplar». Yves Saint Laurent
YSL es el arquitecto de lo cotidiano, pero también es el mago de la noche. Adora el ambiente de las fiestas, la noche como un espacio de tiempo y realidad. En «el último baile» desfilan los vestidos de una alta costura nostálgica de su esplendor.
El esmoquin
Siempre era igual pero nunca era el mismo: durante 40 años, más de 100 modelos de esmóquines salieron de su imaginación y de su voluntad de afirmar la legitimidad de un traje con el que creía que debía conquistar el mundo y convertirse en pieza emblemática de su estilo.
Los colores
«Adoro el oro, un color mágico, por el reflejo de una mujer, es el color del sol. Adoro el rojo, agresivo y salvaje. Los colores fuertes del desierto». Yves Saint Laurent
En el último espacio de la exposición, los visitantes atraviesan el mundo de colores de Yves Saint Laurent, que ilustran su talento cromático. Los trajes de muselina drapeada de su último desfile del 2002 parecen estar suspendidos en el espacio, rodeados de paredes donde cuelgan cientos de muestras de tejidos de los más variados colores.
La exposición se completa con 81 bocetos originales que ayudan en la comprensión de todos los pasos del genial diseñador, desde la idea inicial, hasta la ejecución final del modelo. A estos dibujos se unen diversas series fotográficas como la que le realizó en 1971 el fotógrafo Jeanloup Sieff para la publicidad de lanzamiento de su primer perfume para hombres “YSL Pour Homme”. Esta audaz imagen adquiere el estatus de un icono.
Madrid. Yves Saint Laurent. La ambición de la alta costura. Fundación Mapfre.
Del 6 de octubre de 2011 al 8 de enero de 2012.