La colaboración con el Prado de ambas instituciones, que aportaron 150.0000 euros, ha permitido acometer la restauración de La Anunciación, así como de otras obras ajenas al Prado que también formarán parte de la exposición, que contará con casi ochenta piezas y estará comisariada por Carl Brandon Strehlke, conservador emérito del Philadelphia Museum of Art.
Datada a mediados de la década de 1420, La Anunciación es el primer altar florentino de estilo renacentista en el que se utiliza la perspectiva para organizar el espacio, y en el que las arquerías góticas se abandonan a favor de formas más rectangulares, de acuerdo con los diseños que Brunelleschi perseguía en sus innovadores planteamientos arquitectónicos de San Lorenzo y Santo Spirito.
Objetivos
El principal objetivo de esta restauración, realizada por Almudena Sánchez en el Prado –que cuenta con la Fundación Iberdrola España como miembro protector–, ha sido la recuperación del rico y brillante colorido y de la intensa luz que envuelve la escena, elementos característicos de esta pintura y de toda la obra de este artista, que con el paso del tiempo habían quedado velados bajo capas de suciedad y polución.
También han sido necesarios, por un lado, la limpieza de la capa gris de suciedad que oscurecía la superficie y, por otro, la eliminación de los repintes de óleo procedentes de antiguas intervenciones, concentrados en la unión de dos de los cuatro paneles de madera que forman el soporte de la pintura para ocultar una fractura.
En el pasado la obra tuvo problemas estructurales al producirse la separación de los paneles segundo y tercero coincidiendo con la figura del ángel, que quedó dividida en dos. La inestabilidad que provocó en la capa pictórica ocasionó pérdidas a lo largo de la línea de unión de los dos paneles. Esto dio lugar a diversas intervenciones de restauración, de las que solo se tiene constancia documental de la última, realizada en el Prado por Jerónimo Seisdedos entre 1943 y 1944. Su finalidad era reparar los daños y asegurar la conservación de la obra, sin embargo, en algunas de las más antiguas, además de restaurar las pérdidas que se habían producido en ambos lados de la unión, fueron repintadas amplias zonas, afectando fundamentalmente a la figura del ángel y al manto lapislázuli de la Virgen. Estos repintes se degradaron con el paso del tiempo, pasando a ser manchas en la superficie que alteraban la imagen de la obra e impedían entender la composición original del artista.
Los repintes aplicados en toda la grieta dejaron ocultos elementos completos de la composición. Desde el borde superior de la obra cubrían gran parte de la arquitectura, y en el ángel, cambiaban la forma del ala, el brazo y la túnica rosa, continuando hasta el borde inferior de la pintura. Hay que destacar la antigua intervención que cubría el ala delantera del ángel, que ocultaba su forma original y la transformaba radicalmente, creando una evidente asimetría con su pareja. Mientras que el ala trasera era curva, la del primer término aparecía recta y sinuosa, siguiendo la forma vertical de la pérdida de oro que había provocado la fractura de los paneles.
Al eliminar el repinte del ala quedaron al descubierto elementos originales de oro que aportaron la información necesaria para su restitución. Primero apareció una partícula que marcaba el punto de arranque del ala desde su base, y en segundo lugar, según se avanzaba en la eliminación del repinte fue apareciendo la incisión original en el oro que mostraba con exactitud la curva del ala diseñada por Fra Angelico. Recuperar el dibujo del ala original del arcángel Gabriel constituye uno de los momentos de mayor transcendencia de todo el proceso de restauración, por el gran protagonismo de esta figura en la escena y la situación de este elemento recuperado en el centro de la composición.
Luminosidad
La disponibilidad de nuevos métodos de limpieza, producto de las últimas investigaciones en el campo de la restauración, ha permitido llevar a cabo la limpieza que exigía la obra con plenas garantías. La eliminación de la densa capa de polución intensamente adherida a la superficie se ha logrado mediante el empleo de un gel de silicona, que actúa como vehículo del medio acuoso protegiendo la pintura, al tiempo que permite actuar sobre la capa de suciedad removiéndola hasta su total eliminación.
Por otro lado, los repintes, muy antiguos y realizados al óleo, han exigido una actuación lenta y prolongada, con la que se ha logrado su eliminación de forma progresiva hasta la plena recuperación de la pintura original.
Con la limpieza, la obra de Fra Angelico ha recuperado la luminosidad original, prácticamente desconocida hasta ahora. Una luz con la que crea y modula el volumen de cada elemento de la composición. Una luz casi sobrenatural que inunda el pórtico con un resplandor sin que se produzcan sombras, a diferencia de la habitación del fondo iluminada de forma natural por la luz que entra por la ventana y se refleja en la pared. La eliminación del velo gris, también ha dejado al descubierto el preciosismo de la técnica del gran maestro y los maravillosos colores de lapislázuli, laca roja o verde malaquita.
Las siguientes fases de la restauración han consistido en el estucado de las faltas de color para nivelarlas a la superficie, y la reintegración cromática de las mismas, primero con acuarela y finalmente con pigmentos al barniz. Este proceso ha exigido una gran minuciosidad en su ejecución dada la característica técnica de Fra. Angelico, elaborada con gran sutileza y precisión, propios del artista miniaturista que fue en los inicios de su carrera.
La buena conservación de esta pintura ha permitido que hayan llegado hasta hoy elementos muy frágiles de la composición, elaborados con un pincel de muy pocos pelos y sin apenas materia pictórica, como las pestañas de la virgen o del ángel, la barba de Adán o las minúsculas letras del libro apoyado sobre el manto de la Virgen.
La exposición
Fra Angelico y el origen del Renacimiento florentino estudiará los inicios del Renacimiento florentino en torno a 1420 y 1430, con especial atención a la figura de Fra Angelico (Guido di Pietro Muguello, h. 1395/1400 – 1455).
Fra Angelico es uno de los grandes maestros del Renacimiento y fue responsable de los primeros grandes logros artísticos alcanzados en Florencia en esta época, junto a los pintores Massaccio, Masolino, Uccello y Filippo Lippi, los escultores Ghiberti, Donatello y Nanni di Banco, y el arquitecto Brunelleschi.
La Anunciación será una obra central de la exposición y junto a ella se incluirán otras dos pinturas de Fra Angelico recientemente incorporadas a la colección del Museo: la donación el Funeral de San Antonio Abad que acompañó a la adquisición de la Virgen de la Granada, ambas obras procedentes de las colecciones del duque de Alba.
Junto a esta obra maestra se incluirán en la exposición otras obras florentinas cuyas restauraciones se están llevando a cabo en Italia gracias también a la aportación económica de Friends of Florence y American Friends of Prado Museum como Virgen con Niño, y querubín de Michele da Firenze, propiedad del Museo Nazionale del Bargello; la terracota de Donatello Virgen con Niño en trono, con dos ángeles y dos profetas, del Museo di Palazzo Pretorio; o Trinidad de Gherardo Starnina en la Collezione Chiaramonte Bordonaro.