La obra queda integrada en una instalación especialmente diseñada para incorporar una serie de novedades técnicas que garantizan su mejor conservación.
En el siglo XVIII, la tela fue ampliada en su perímetro añadiendo una ancha banda superior (con el arco y el óculo) y bandas más pequeñas en los extremos derecho, izquierdo e inferior. Esta operación, bastante frecuente en las colecciones reales, desvirtuó, en el caso de Las hilanderas, la percepción original de la composición de Velázquez, provocando que las líneas verticales del cuadro quedasen desequilibradas y el eje desplazado, alejando la escena que transcurre ante el tapiz y convirtiendo en costumbrista un contenido mitológico.
Conscientes de ello, y dado que la ampliación es una intervención histórica que no se debe perder, el Prado ideó en los últimos años un sistema de enmarcado en el que dejaba únicamente visible la parte del cuadro pintada por Velázquez. Ese sistema hacía demasiado complejo el acceso físico a la parte posterior de la obra, por lo que desde 2017 se estuvo trabajando en la búsqueda de un montaje que permitiera acceder fácilmente al cuadro y que al mismo tiempo mostrara solo la parte original del mismo. Ese proceso llega ahora a su fin.
Enmascaramiento
El sistema propuesto consiste en un panel de enmascaramiento concebido como un proyecto museográfico global que permite una total integración estética de la obra en la arquitectura de la sala sin alterar su percepción original y, simultáneamente, presenta elevadas prestaciones desde un punto de vista técnico que son totalmente indetectables para el público, permitiendo una experiencia única y una relación natural sin interferencias entre la obra maestra y quienes la contemplan.
Se trata de un desarrollo pionero en España, con un planteamiento que aúna criterios estéticos, de conservación preventiva y de sostenibilidad, que servirá como referencia para futuras intervenciones en el patrimonio mueble museístico español e internacional.
Esta es la primera acción inscrita en el proyecto Enmarcando el Prado [1], que cuenta con el apoyo de la entidad filantrópica American Friends of the Prado Museum, gracias al patrocinio de la Fundación American Express, y que tiene como objetivos colaborar en la provisión de nuevos marcos para las obras de la pinacoteca, así como adecuar los existentes y desarrollar soluciones innovadoras para mejorar la presentación de las colecciones.
La importancia del marco
El marco de una pintura es esencial para comprender la imagen que acoge, procurando que pueda ser percibida y admirada de manera adecuada. El marco ayuda a mirar, a introducirse en la obra que guarnece, a llenarla de contenido o a prolongar el sentido formal de la misma. No solo enriquece a la obra desde el punto de vista estético, sino que contribuye a su protección y su conservación, además de ser en sí mismo una extraordinaria fuente de información histórica.
A lo largo de la historia, la operación de enmarcado ha sido siempre consciente y fundamental para significar las obras que acompaña y protege; un trabajo de creación que ha conllevado en muchas ocasiones la participación de artistas diversos (pintores, escultores, arquitectos, carpinteros, tallistas y doradores), que han concebido prototipos y modelos que han significado una época, un estilo o una institución, como es el caso de un grupo de marcos de las colecciones reales/Museo del Prado.
En la etapa inicial del Real Museo de Pinturas, los artesanos de la madera y el dorado contribuyeron con su trabajo a la consolidación de la puesta a punto de las obras procedentes de las colecciones reales: produciendo nuevas molduras o recuperando y restaurando otras procedentes de los Reales Sitios. Su labor, especialmente importante en lo que respecta a la construcción y el dorado de marcos para las pinturas, experimentó un gran desarrollo bajo la dirección del duque de Híjar, entre 1826 y 1838, prosiguiendo después con campañas muy completas que permitieron la apertura de nuevas salas expositivas.
El Museo del Prado tiene inventariados en sus colecciones aproximadamente 6.500 marcos que se encuentran instalados en las obras de la colección permanente o en salas de reserva con destino a nuevas adquisiciones.