Aunque Microsoft se había situado a la cabeza en la posición de salida para la promoción de su nuevo software en Francia, Apple ha logrado emplazar su primera tienda en las mismísimas entrañas del Louvre, en su centro comercial, probablemente uno de los lugares mas apreciados tanto por los ciudadanos franceses como por los millones de turistas que anualmente visitan esta ciudad.

Asentar su imagen

Aunque ambas compañías tienen en marcha grandes operaciones en Francia, según destacados analistas del mercado la reciente jugada comercial de Apple está directamente encaminada a asentar su imagen como marca informática de calidad asentada en uno de los lugares más emblemáticos, ya que la posible expansión francesa de Apple va a tener lugar, necesariamente, en un contexto económico incierto en el que los gastos de los consumidores franceses siguen siendo muy volátiles e incluso todavía dependen de ayudas gubernamentales, como el reciente Plan Renove para automóviles.

Pero, a pesar de esta situación, las compras de determinados artículos-gadget, como pueda ser el iPhone de Apple, han demostrado mucha solidez en este mercado. Solamente France Telecom vendió 1,3 millones de iPhones entre noviembre de 2007 y septiembre de 2009 y desde la reciente primavera, cuando esta compañía perdió su exclusividad, los nuevos operadores como SFR y Bouygues Telecom han logrado situar otros 200.000 ejemplares de este modelo de teléfono portátil.