Patrocinado por la Agencia de Desarrollo del País Vasco (Spri) y las Diputaciones de Gipuzkoa, Álava y Bizkaia, “Disonancias” es un proyecto que trata de fomentar la colaboración entre artistas y empresas. Ya son siete las organizaciones vascas que están trabajado con artistas y realizando proyectos innovadores.

El concepto del que parte este plan de colaboración entre artistas y empresas es cuando menos innovador y desde luego tiene su fundamento. Como explica la propia página web disonancias.com, parten de la premisa de que "los artistas son por definición investigadores. En el marco de sus colaboraciones con las empresas, proponen nuevas y diferentes vías de innovación, introduciendo desviaciones y disonancias en los procesos habituales de pensamiento y actuación, aportando creatividad y metodologías de trabajo, y sirviendo de catalizador a los miembros de un equipo".

El director del proyecto, Roberto Gómez de la Iglesia, explica que Disonancias suele ser un revulsivo para las empresas participantes y, en parte también para los artistas. “El cien por cien de las empresas cambia su punto de vista con Disonancias. Se les abren mundos”, comenta Gómez de la Iglesia. “En el caso de los artistas, a menudo rompen sus prejuicios y descubren dimensiones de las empresas que no esperaban”

Este año, la fórmula se ha trasladado hasta Cataluña, donde en la primera edición están participando cuatro empresas. Incluso la Comisión Europea ha distinguido recientemente a Disonancias como buena práctica “por su afán de extender la cultura de la innovación y transmitir a la sociedad la importancia de desarrollar entornos creativos”.