El plazo estimado de la actuación es de unos cuatro meses, por lo que está previsto que la cubierta, el artesonado y los aleros luzcan su nueva cara para final de año.
Problemas solucionados
“Solucionado el tema del nido y del cigoñino, que nos mantuvo a la espera varios meses, ahora sí que la rehabilitación está completamente en marcha. Era vital comenzar cuanto antes, ya que las obras permitirán conservar, sobre todo, el Salón de Obispos, aislando las pinturas y el alfarje de humedades y corrientes de agua”, explica la gerente en funciones de la Fundación Tarazona Monumental, Lola Zueco.
Con la restauración se evitará también cualquier tipo de problema de asentamiento en el edificio, ya que se va a reducir considerablemente el peso de la cubierta. “El palacio se liberará estructuralmente y ganará en solidez, evitando la aparición de más grietas. Además, vamos a aprovechar para tapar y reparar los deterioros de la fachada que da a la Rúa Alta de Bécquer, que aunque no son graves, son muy aparatosos”, comenta Zueco.