The Roundhouse –un espacio londinense dedicado a la experimentación de jóvenes talentos creativos en música, teatro, danza y circo– se convertirá, gracias al músico David Byrne, en un gran instrumento musical al que el público estará invitado a tocar.

Un viejo órgano de fuelle será instalado en el centro del local con una serie de cables y alambres unidos a los diferentes elementos de la estructura del edificio –columnas, pilares, barandillas, etc.– de modo que estos responderán musicalmente a los impulsos del órgano vibrando, sonando y oscilando.

David Byrne, conocido internacionalmente como fundador de Talking Heads (1976–88), ya ha realizado con anterioridad instalaciones de arte públicas en Nueva York, Toronto, Tokio, Sidney, Valencia, Estocolmo, Belfast y San Francisco, y ha exhibido sus trabajos en numerosas galerías y museos internacionales durante las últimas dos décadas. 

El mismo Byrne explica: "Las partes más típicas de los edificios pueden ser utilizadas para producir interesantes sonidos. Todo el mundo está familiarizado con el hecho de que si goleas una columna de metal, por ejemplo, se oye un ruido o un ping, pero me preguntaba si las tuberías podrían ser convertidas en flautas gigantes, o si una máquina puede hacer vibrar vigas y producir tonos”.