Una momia descubierta en la necrópolis de Saqqara, a unos 20 kilómetros al sur de El Cairo, ha merecido, en palabras del secretario general del Consejo Superior de las Antigüedades de Egipto, Zahi Hawass la declaración como “la momia más bella de Egipto”, por su excelente estado de conservación.

El sarcófago fue hallado en dichas excavaciones, en una tumba con una antigüedad de unos 4.300 años, de modo que se remontaría probablemente a la 26ta. dinastía, en torno del 640 antes de Cristo. Entre las vendas que la cubren, Hawass no excluye que puedan encontrarse preciosas estatuas – en algunos casos eran depuestas hasta 100 – colocadas al lado de la fallecida, para proteger su recorrido en "la vida después de la muerte".

En la misma tumba se encontraron también otra treintena de momias, algunas de las cuales sin sarcófagos y en pésimo estado de conservación. Otras cuatro estaban en cambio en nichos cavados en las paredes de la tumba y  frente a una de ellas un perro, momificado sin duda a petición  de la familia a la que pertenecía.

"Es uno de los descubrimientos recientes más importantes hechos en Saqqara", declaró el secretario general del Consejo de las Antigüedades, quien dirigió la misión para la excavación de la tumba,  junto con su asistente Abdel Hakim Karara y que comenzó hace un año.

Según los arqueólogos egipcios, el área de Saqqara, necrópolis de la antigua capital del reino del Bajo Egipto, Menfi, ha sido excavada sólo en un 30 por ciento, por lo que nuevas campañas podrían lograr hallazgos muy interesantes en el sitio conocido principalmente por la Pirámide del rey Zoser, considerada la primera construida en Egipto.