A la pieza vertical se adosarán en su parte exterior alrededor de 500 lamas basculantes de bronce dorado de 7,70 metros de altura cada una, mientras que en el interior se habilitarán los mecanismos hidráulicos que lo harán girar sobre su propio eje y una escalera que conducirá a su cúspide. El diámetro del monumento es de dos metros, ha sido construido con acero de espesores variables, que van de los 80 milímetros en la base hasta los 25 mm en la coronación, y pesará cuando esté terminado 572 toneladas.
Suave movimiento
La superficie del obelisco cuenta con un suave movimiento de basculación que producirá la ilusión del movimiento ascendente de una onda a lo largo del fuste. Además, la instalación incluirá cuatro cañones de luz tangenciales a la estructura del monumento y un cañón de mil vatios en la parte superior que iluminarán verticalmente el cielo.
Su diseñador, el ingeniero-arquitecto Santiago Calatrava, ha señalado que lo más complicado del proyecto ha sido coger la escala de "esta plaza enorme" que con su esbelta columna quiere convertirse en un monumento significativo de la capital. Una vez instalado el fuste, comenzará el montaje de las lamas exteriores, que se prolongará hasta junio, y posteriormente se instalará el sistema hidráulico. Se prevé que la obras, que comenzaron en junio pasado, finalicen en septiembre de este año.
Cuando esté concluida, ésta será la primera obra del valenciano en la capital de España.