El famoso “plinto vacío” de la plaza londinense de Trafalgar, una especie de pedestal que en la construcción original de la plaza se quedó sin su correspondiente estatua ecuestre de bronce y que durante los últimos años ha dado lugar a que diferentes artistas colocasen en él esculturas propias, va a quedar ocupado oficialmente durante los próximos 100 días. Porque, tras la celebración de un concurso público, el ganador –el escultor británico Anthony Gormley– propuso que en lugar de una escultura en el sentido tradicional, ese plinto lo ocuparan ciudadanos de a pie en turnos de una hora cada uno.

2.400 personas (100 días x 24 horas) elegidas al azar comenzarán hoy lunes a subirse al pedestal, en el que durante su hora de “presencia artística” podrán hacer lo que les parezca oportuno, siempre y cuando no sea algo prohibido por la ley.

Entre las estatuas vivas previstas figurarán, por ejemplo, un ama de casa de 35 años que tiene dos hijos y dice querer representar "a las mamás, que no aparecen normalmente en obras de arte importantes", un enfermero que ha posado ya desnudo para unos grandes almacenes, pero que no sabe aún si esta vez se quitará la ropa o no, un artista con una especie de bañera llena de una mezcla de sangre y líquido de color rojo, o un participante que irá soltando globos al ritmo de uno cada minuto y en cada uno de los cuales habrá la tarjeta de una organización benéfica para la que trata de recaudar dinero.

Y si alguno de los 2.400 elegidos falla por alguna causa, no problem, porque hay otros 15.000 voluntarios esperando que se produzca alguna vacante en un evento que la propia prensa británica se cuestiona si verdaderamente se trata o no de arte.