La Galería Manuel Barbié de Barcelona acoge desde hoy la muestra Cortar y pegar, una selección de una treintena de fotografías de vanguardia de los años 20 a 60.
La comisaria de la exposición, Victoria Combalía, ha explicado que el denominador común de todas las obra reside en su técnica – el fotomontaje – y ha querido que en la exposición estén representados todos los distinto procesos implicados en esta técnica: las sobreimpresiones o exposiciones múltiples y el fotocollage.
El recorrido comienza con un apartado dedicado a las Sobreimpresiones, en el que se puede observar la adaptación de esta técnica de la mano de fotógrafos como Emeric Feher, Edmund Kesting, el vienés Atelier Manassé o René Jacques. Continúa con La mirada surrealista, que reúne obras de artistas como Eli Lotar, Dora Maar, Philippe Halsman o el chileno Jorge Cáceres.
En otro espacio, titulado La mano y el pie, se exhiben obras de Kurt Kranz, Jean Moral, André Steiner y Pierre Molinier, todas con la mano y el pie como elementos compositivos recurrentes. Un conjunto de fotocollages de Pierre Boucher, todos ambientados en el fondo de una composición ocupado por las ruinas de la arquitectura clásica, monopoliza el apartado El cuerpo arquitectónico.
Para la sección Desafiando a la gravedad, Combalía ha seleccionado "arriesgadas composiciones que, a partir de sobreimpresiones y fotocollages, muestran el desapego de los elementos a la fuerza de la gravedad". Es el caso de los fotocollages de Pierre Boucher y Georges Hugnet y de las sobreimpresiones de Lucien Lorelle, "todo un descubrimiento", ha subrayado la comisaria, quien ha recordado que Lorelle fue amigo de Buñuel y que en sus composiciones se nota la huella de las bañistas de Picasso o de la línea del horizonte de Miró.
La exposición se cierra con un apartado dedicado al Fotomontaje político en el que se muestra una selección de la producción del ruso Alexander Zhitomirsky, fuertemente influido por la obra de John Heartfield. Entre las obras de Zhitomirsky, que confecciona una contundente y sagaz crítica visual de los principales líderes y regímenes políticos de la Guerra Fría, destacan dos piezas de 1971 y 1962 en las que aparece Franco con cuerpo de murciélago y como un tapón de un volcán en erupción, respectivamente.