Paralelamente a la propuesta de Birnbaum, se encuentran los pabellones nacionales. Destaca este año la propuesta de Dinamarca y los Países Nórdicos (Finlandia, Noruega y Suecia) con una exposición comisariada por los artistas Michael Elmgreen y Ingar Dragset.

Este dúo de artistas escandinavos, famosos por sus improvisaciones ingeniosas, como la famosa tienda de la marca Prada construida en medio del desierto texano, todavía pueden verse hasta el 21 de junio en el MUSAC –Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León– con su muestra Trying to remember what we once wanted to forget
Como comisarios de dicho pabellón, presentan en Venecia la muestra The Collectors (Los Coleccionistas) una exposición que pretende subrayar la relación que hay entre el mercado del arte y la Bienal, especialmente ahora en tiempos de crisis. Para ello han contado con la colaboración de los artistas Terence Koh o Maurizio Cattelan que, por otra parte, no tienen nada de nórdicos.

Lo mismo pasa con el británico Liam Gillick, propuesta del pabellón alemán para esta 53 edición. Mucho revuelo ha levantado asimismo el Pabellón Británico, que antes de que se inaugure la Bienal, ya ha agotado las invitaciones reservadas para ver la nueva propuesta de Steve McQueen, polémico artista inglés que ha dejado al publico impaciente después de Hunger, su primer largometraje, que le valió la Camera d’or en Cannes el pasado año.

Una apuesta segura es la de Estados Unidos, que se ha decantado por Bruce Nauman, artista que exhibe por sexta vez en el contexto del certamen y que fue galardonado con un León de oro ya en 1999. Nauman, a quien se considera de lo más amable y campechano, ha dejado de lado su rancho, en Nuevo México para presentar en Venecia una exposición que lleva el título de Topological Gardens y pretende ser un estudio de su producción artística en los últimos 40 años.