Un Pablo Picasso de bronce sentado en un banco contempla desde el viernes pasado la vida de la malagueña Plaza de la Merced, justo ante la casa en la que naciera en 1881.
La obra de Francisco López Hernández (Madrid, 1932), considerado uno de los grandes exponentes de la denominada Escuela de Madrid, representa a un Picasso maduro vestido con camisa y pantalón y calzado con sandalias, sosteniendo con sus manos un cuaderno y un lápiz.
Este bronce, encargado hace ya casi dos años, ha supuesto un coste de unos 166.000 euros, informó el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quien añadió que la escultura era una deuda con Picasso, porque “es bueno que una ciudad reconozca a sus hijos”.