La exposición reúne tesoros procedentes de China, muchos de ellos declarados por Pekín durante mucho tiempo como robados y transferidos a Taiwan.
En las últimas etapas de la guerra civil china, las fuerzas del caudillo nacionalista Chiang Kai-shek trasladaron a Taiwan más de 600.000 obras de porcelana, bronces, pinturas de paisajes, retratos, caligrafía china y figuras, procedentes de la Colección Imperial alojada en la Ciudad Prohibida de Pekín. Esta transferencia masiva de obras hizo que en Taiwán se creara el mayor museo del mundo especializado en arte chino.
Taiwán ha sostenido durante mucho tiempo que el traslado de las obras de arte a la isla fue necesario para salvar el patrimonio cultural de China de los comunistas de Mao Zedong y siempre ha sido reacia a prestar ninguna de las piezas a China, por temor a que no le fueran devueltas.
En relación a esta situación, China siempre ha afirmado que la extensa colección de arte –y en realidad el propio Taiwan– le pertenecen por derecho.
Sin embargo, las relaciones entre ambos países han mejorado en los últimos16 meses, desde que Ma Ying-jeou asumiera la presidencia taiwanesa y centrara su política en la expansión de los intercambios comerciales con China.
"Hemos decidido realizar una exposición conjunta sobre el emperador Yongzheng en parte porque ambos tenemos una rica colección de la época y en parte porque queremos llevar a cabo y colaborar en la política de nuestro gobierno hacia China”, ha declarado Chou Kung-shin, director del museo taiwanés.
El pasado mes de febrero, Chou se convirtió en el primer director de museo de Taiwan que haya visitado la Ciudad Prohibida de Pekín en los últimos 60 años y durante su estancia obtuvo el consentimiento del Museo de Pekín para la cooperación conjunta.
La exposición [1] abrirá sus puertas el próximo 7 de octubre, con una duración prevista de tres meses.