Un tribunal federal de Nueva Orleans ha rechazado, por segunda vez,  una reclamación de “botín nazi” contra una mujer cuya familia poseía un cuadro de Oskar Kokoschka desde 1946. En julio pasado, el tribunal para el Distrito Este de Luisiana dictaminó que Sarah Blodgett Dunbar era la propietaria legítima del cuadro de Kokoschka Retrato de un joven (1910), en contra de la reclamación de la austríaca Claudia Seger-Thomschitz.

En mayo, el mismo demandante ya había perdido otra demanda similar relativa a otro Kokoschka, Dos Desnudos (amantes), de 1913, propiedad del Museo de Bellas Artes de Boston.

Clara Seger-Thomschitz asegura ser la única heredera de Raimund Reichel, cuyo padre, Oskar Reichel, transfirió la pintura de Kokoschka y cuatro obras más, incluyendo la del Museo de Bellas Artes, al comerciante de arte judío Otto Kallir en 1938 para su exposición y venta.

Según Seger-Thomschitz, la madre de Blodgett Dunbar, Sarah Reed Blodgett-Platt, debería haber sabido que la pintura podría haber sido robada a sus propietarios judíos en Europa cuando la compró en 1946 a la concesionaria de Kallir en Nueva York, la Galería St. Etienne.

Pero el tribunal rechazó la demanda de Clara Seger alegando que Sarah Blodgett ha tenido la pintura durante más de diez años y, por lo tanto, legalmente pasa a ser de su propiedad por "prescripción", según la ley de Luisiana.

Con el mismo razonamiento el tribunal rechazó también  la posibilidad de que la demandante quedara amparada por una ley federal de los EE.UU., la Ley de Reparación a las Víctimas del Holocausto, otra de las vías legales propuestas.