Este proyecto consiste en la producción de un “NO” con letras enormes en
mármol blanco y con una altura de 150 cm. La escultura pretende
establecer una relación directa con el público de Carrara, invitándole a
reflexionar sobre la explotación económica del capitalismo. Para Sierra, "las personas que están luchando activamente contra el sistema necesitan imágenes y los artistas se las debemos proporcionar. Este NO está hecho para todos los que ya están hartos de la injusticia, la dominación, la censura y la opresión".
La XIV Bienal de Escultura de Carrara cuenta para esta edición con cerca de 40 artistas a los que se les ha pedido que se enfrenten a la situación local del municipio, tomándola como ejemplo de una crisis occidental universal, que es a la vez económica, social, cultural y artística.
Auge y declive
La Bienal parte de la historia de Carrara, vinculada con el auge y declive del concepto de monumento como emblema del poder y herramienta utilizada con fines propagandísticos y para la construcción de identidades políticas.
El mármol de las canteras locales ha sido el protagonista de un largo período monumental, portador de valores artísticos y culturales que estimulaban, a la vez, el nacimiento de un fuerte foco anarquista en defensa de mejores condiciones de trabajo.
No obstante, hoy en día todos estos valores que transmite el contexto local han quedado anticuados y no han sido sustituidos por nuevos valores para hacer frente a un futuro globalizado.