Supernova

Dirección: Harry Macqueen

La fuerza de la amistad marca con sutileza y de principio a fin la segunda película del realizador y actor británico Harry Macqueen. Historia de amor/amistad entre dos personas, maravillosamente corporeizadas en los actores Colin Firth y Stanley Tucci.  

A través de un guion en el que la sensibilidad y el buen gusto marcan cada una de sus escenas, Supernova nos acerca a la historia de un pianista y un escritor al que apenas pasada la cincuentena va cercando la enfermedad de Alzheimer. Ante la situación, ambos deciden emprender un viaje por carretera en una autocaravana para volver a ver a amigos y familiares, visitar aquellos lugares que recorrieron en el pasado y, en la profundidad de la noche, identificar lejanísimas explosiones estelares, como la enigmática Supernova.

A medida que su viaje avanza abordan a través de unos diálogos al tiempo sencillos y llenos de sentido sus planes de futuro, desvelan sus mutuos secretos y, en definitiva, celebran, como acaso no lo habían hecho antes con tanta intensidad, la dicha de sentirse juntos.   

Ni almibarada ni gratuitamente dramática, Supernova fluye con naturalidad para hablar de la enfermedad y la incertidumbre y el dolor y los miedos, pero también y, sobre todo, de la fuerza de la amistad y el amor, capaces de enfrentarse a casi todo a lo largo de este entrañable viaje.

Crock of Gold: Bebiendo con Shane MacGowan

Dirección: Julien Temple

Líder, vocalista y compositor de The Pogues, el músico irlandés Shane MacGowan es el alma, torturada y deslumbrante, de Crock of Gold: Bebiendo con Shane Macgowan. Julien Temple dirige y Johnny Depp produce el largometraje ganador del Premio Especial del Jurado del último Festival de San Sebastián sobre la vida y obra de este atribulado personaje. Un documental que rezuma adicción y nostalgia. 
  
A través de la inmersión en el trepidante viaje por la carrera de MacGowan, las imágenes se sumergen en el pasado del vocalista para llenar cada escena de una agridulce visión en la que la adicción del protagonista ocupa papel importante. Aunque lo que en definitiva gravita sobre el conjunto es la genialidad de uno de esos talantes que sobrevuelan el bien y el mal y las reglas establecidas sin importarles un ápice ese concepto cada vez más cuestionable de lo “políticamente correcto”.

El olvido que seremos

Dirección: Fernando Trueba

En principio y salvo contadas excepciones todos estamos abocados al olvido. Pero hay quien con todo derecho se empeña en lo contrario. En esa idea y en el intento de rescatar la memoria de su padre, Héctor Abad Faciolince escribió El olvido que seremos, que convierte en película Fernando Trueba con un Javier Cámara conmovedor en el papel del protagonista; el médico y activista por los derechos humanos Héctor Abad Gómez. Una película sobre este humanista y filántropo en el Medellín polarizado y violento de los años 70.

Con la positiva carga de algunos de los cineastas clásicos que Trueba admira, la película se nutre de planos y enfoques que evocan al mejor John Ford. Utiliza el color y el blanco y negro para adentrarse en la vida y los recuerdos de los personajes a los que en su intimidad retrata y se alimenta de la dignidad absoluta que Cámara aporta a su actuación. Desde los gestos y ademanes al acento peculiar de su habla, el actor se funde con el ser humano al que interpreta. Así lo corroboran los familiares y  quienes personalmente conocieron al biografiado. En conjunto la película constituye un ejercicio de sensibilidad y cine de altura.

David Trueba firma el guion de la adaptación de este largometraje galardonado con el Goya a la mejor película iberoamericana.

First Cow

Dirección: Kelli Reichardt

Antes de que el Oeste americano fuera lo que hoy conocemos. Antes de los vaqueros, los duelos al sol, las legendarias cabalgadas, los sheriffs luciendo sus estrellas de la ley. Entonces… en el origen.  Ahí centra su atención First Cow, la espléndida propuesta de la directora Kelli Reichardt que se sirve de una vaca pionera en aquellas tierras para dejar en la pantalla una sensible historia de amistad y picaresca. Entonces… cuando aquel mundo comenzaba a tomar forma.

Ambientada en el Oregón de principios del siglo XIX, en torno a 1820, la película narra la compleja amistad entre el cocinero Cookie (John Magaro) y King-Lu (Orion Lee), un misterioso inmigrante de origen chino que, tras pasar gran parte de su juventud explorando el mundo, encuentra su nuevo hogar en el territorio de Oregón.

A través de la adaptación de la novela The Half Life (2004) de Jonathan Raymond, coguionista habitual de la directora, Kelly Reichardt vuelve a mostrar su capacidad para envolver al espectador a través de historias sencillas a las que confiere el ritmo preciso para capturar la vida diaria y la inmensa e inquietante tranquilidad de la primitiva América rural. 

Karen

Dirección: María Pérez Sanz

Una delicatessen. Todo es liviano y elegante esta delicia intimista sobre la estancia en Kenia de la escritora Karen Blixen y su muy especial relación con su criado somalí Farah Aden, un personaje con el que, pese a la diferencia de cultura y clase social, forjó una amistad que ella misma definió como la más importante de su existencia.  

En las antípodas de Memorias de África, Karen, centrada de forma exclusiva en la brillante y sosegada actuación de Christina Rosenvinge y Alito Rodgers, se aleja del discurso habitual de los biopics. En consecuencia pasa a un segundo plano el relato de los hechos para que cobre todo el protagonismo la sosegada visión del día a día de los personajes a los que retrata: los pequeños gestos, las conversaciones, las risas y preocupaciones, las livianas esquinas en la comunicación entre dos personas que, por encima de diferencias multiculturales que en principio pudieran parecer insalvables, se respetan y viven en la cercanía del afecto mutuo y profundo.

La película de Pérez ahonda con sensibilidad y tacto en la parte de la relación más estrecha, más íntima, en la que Karen y Farah no se hablan como ama y criado, sino como amigos que no se guardan secretos. Una unión en la que las diferencias de cuna y filosofía se fueron disolviendo ante un entendimiento ancestral. Unión a la que la propia escritora se refería como “una conjunción creativa”.

Lo dicho: una delicia.

La vida de los demás

Dirección: Mohammad Rasoulof

Escrita, dirigida y producida por el iraní Mohammad Rasoulof, este lúcido alegato contra la pena de muerte ganó el Oso de Oro, el Premio del Jurado y el de los Exhibidores en el Festival de Berlín. Sin embargo, tuvo que ser su hija la que recogiese estos galardones pues el realizador se encuentra arrestado y pendiente de juicio por mostrar a través de sus películas la represión que ejerce el Gobierno de su país.

La vida de los demás fluye con determinación, pero sin estridencias panfletarias, a través de cuatro historias independientes de la vida cotidiana en Irán marcadas por la pena de muerte y su repercusión sobre quienes la sufren, quienes la ejecutan y quienes forman parte del entorno de unos y otros: los demás.

Lamb

Dirección: Vladimar Jójannsson

Sorprendente Lamb. Pocas veces tan justo el calificativo para referirse al inquietante debut tras la cámara del islandés Vladimar Jójannsson. Cine fantástico para ahondar en temas profundamente humanos; visceralmente realistas. En este caso, el irrefrenable deseo de ser padres de la pareja sobre la que esta historia escarba.

Lo que se cuenta nos acerca a María e Ingvar, pareja que vive en una solitaria isla de Islandia en una granja en la que atienden a un nutrido rebaño de corderos. Su vida funciona y, a pesar de la soledad del lugar y el dolor de haber pedido a su pequeño, ambos no parecen necesitar más que la mutua compañía.

Pero todo tomará otros derroteros cuando en uno de los habituales partos del ganado descubren a un insospechado recién nacido. Un ser fantástico al que deciden criar como a un hijo propio. En principio, esta nueva perspectiva trae mucha felicidad a sus existencias, pero el destino, -la madre naturaleza-, no ha dicho la última palabra…

No se puede salir impasible de la visión de esta fábula que deja huella allá donde se proyecta.

Otra ronda

Dirección: Thomas Vinterberg

Desconcertante a ratos e interesante siempre, este filme es una valiente, poderosa y emotiva reflexión sobre los efectos y consecuencias del consumo de alcohol en la vida de las personas. Sin juicios, retóricas ni dogmatismos, la película muestra a través de las historias de sus cuatro protagonistas la problemática social de la bebida para que cada cual se plantee cuantas rondas decide consumir. En qué punto el alcohol trasvasa la sutil frontera entre vida y muerte. 

Otra ronda adopta en muchos tramos un tono humorístico que a muchos resultará incluso escandaloso. Muy anclada en el mundo real de hoy, la película pretende ser una historia poliédrica que a la vez provoque y entretenga, haga pensar, llorar y reír. Y con suerte, como concluye el propio director, “dejar algo para la cavilación y el debate”. Y sin ánimo de aleccionar, la película también trata de cómo sentirse vivo y las múltiples formas que cada persona esconde y ejerce para alcanzar ese noble objetivo.

La hija

Dirección: Manuel Martín Cuenca

El deseo de tener descendencia marca de manera decisiva las vidas que relata este drama lleno de sentido y oficio de Manuel Martín Cuenca. Ya desde La flaqueza del bolchevique, su primer envite en la ficción, no se corta Martín Cuenca a la hora de llevar a la pantalla temas que transgreden la imagen bonancible del ser humano. No es una excepción La hija, otra de esas propuestas que, poco a poco, de menos a más como es habitual en su narrativa, remueven al espectador en su butaca hasta dejarlo sin aliento.

Con un guion firmado en comandita por el propio Martín Cuenca y Alejandro Hernández sobre un argumento de Félix Vidal, La hija, que en ningún momento enjuicia ni censura, simplemente expone, ha suscitado atención y elogios a su paso por los festivales de San Sebastián, Toronto y Sevilla. Cine español de altura. De mucha altura. Hay que decirlo con orgullo una vez más.

Shorta. El peso de la ley

Dirección: Anders Olhom y Frederik Louis Hviid

Shorta es un término árabe que significa “policía”. Con esa palabra titulan Anders Olhom y Frederik Louis Hviid una película que va mucho más allá de la trepidante acción protagonizada por dos policías que a la desesperada tratan de sobrevivir atrapados en un barrio marginal de una ciudad danesa.

La historia enmarca esa parte de la Dinamarca actual que dibuja una sociedad multicultural, segregada y llena de tensiones raciales. Rodada con pulso inquieto e inquietante, Shorta vibra, y no lo hace en búsqueda del mero espectáculo, sino con el objetivo confeso de sus realizadores de “situar al espectador en la piel de todos los personajes, los policías y los delincuentes. No se trata de apuntar quienes son buenos o malos. No existe ese binarismo maniqueo pues los conceptos están difuminados y debe ser cada cual quien evalúe hasta qué punto es complicado juzgar”.

Objetivo cumplido. Entre carreras, extorsiones, amenazas y miedo, mucho miedo, la película mete a la fuerza al espectador en la trama. Cuando las luces se encienden, en la sala flota el silencio. Lo que podría haber derivado en una cinta más de acción adquiere el reflexivo peso que la ley demanda.

El poder del perro

Dirección: Jane Campion

Campion rompe más de una década de silencio y firma una nueva y brillante vuelta de tuerca a la lista de películas que, proponiéndoselo o no, alejan a un género tan clásico como el western de su rostro más convencional. Sobre la novela homónima de Thomas Savage, la realizadora levanta una más que inquietante urdimbre de sentimientos contrapuestos que reflejan las vulnerables personalidades de sus protagonistas. Entre paisajes deslumbrantes discurre la trágica historia de traición y deseo de El poder del perro, que capta sentires reprimidos y emociones capadas como consecuencia de una sexualidad extrañamente enclaustrada. Todo encaja en lo que se narra sobre un trasfondo asfixiante, áspero y masculino, en una América naciente de territorios sin horizonte y valores primitivos y extremos.

Tres pisos

Dirección: Nanni Moretti

Un edificio de tres plantas como carcasa de lo que el mundo alberga. La nueva película del actor y realizador italiano Nanni Moretti se sirve de los habitantes que habitan ese inmueble para tratar universales cuestiones de calado como la justicia, la culpa, el egoísmo, la duda, la obsesión o la responsabilidad. El resultado es un magnífico y coral filme.

Tres familias viven en un edificio de tres plantas. A lo largo de diez años, la vida obliga a sus personajes a enfrentarse a conflictos que afectan a las relaciones entre todos ellos: hermanos, amigos, padres e hijos, maridos y esposas. Las decisiones que tomará cada uno de ellos reflejan cuestiones éticas que tendrán significativas repercusiones en sus vidas.

Así de sencillo y así de complejo. Tres pisos envuelve al espectador para, a través de un edificio y sus habitantes, hacer una sutil radiografía de algunas de las cuestiones que gravitan sobre el ser humano de cualquier ciudad, cualquier país, cualquier rincón de nuestro mundo.