Como hemos informado en Hoyesarte.com, Acción Cultural Española (AC/E), Kutxa Fundazioa y la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España se suman a la celebración de la 60 edición del Festival de Cine de San Sebastián con la organización en la Sala Kubo-Kutxa de la exposición 25+1. Premios Goya Sariak (1987-2012), que homenajea al cine español.
La exposición se articula en torno a los filmes que obtuvieron el Premio Goya en la categoría de mejor película y está organizada en 26 espacios dedicados a cada una de estas producciones en los que, mediante una recreación o evocación escenográfica, se hace partícipe al visitante de algunas escenas míticas del cine español de los últimos años. La esencia de la exposición se condensa en el libro ya publicado Viaje al cine español, en el que se recogen los testimonios incluidos en el presente blog.
Actuar es ser otro para ayudar humildemente a descifrarnos de otra manera. Más sensorial. Más emotiva. Más humana. (Javier Bardem)
Curiosidad, intensidad, deseo, placer, esto es lo que aporto a mi oficio… y muchas horas nocturnas. Gran parte de mi vida está dedicada al trabajo y nunca me he arrepentido de haber elegido una profesión que me permite crear de la nada y que, al mismo tiempo, tanto me hace sufrir. (Yolanda García Serrano)
La luz nunca es inocente
Algunas películas casi sugieren el tipo de música que tendrán con evidente y frontal necesidad. Otras veces, sin embargo, requieren tal nivel de discreción que es como si te dijeran: “Toca el timbre para entrar…pero no hagas ruido”. Cada película tiene su música y cada música sus tiempos. (Lucio Godoy)
El cine es imágenes en movimiento. Sin imágenes no hay cine. Nosotros somos los autores de esas imágenes. Los directores de fotografía pintamos con luz. Vas componiendo un mosaico de luces y sombras al que le vas colocando los colores de manera que el final de una acción o secuencia encaje con el principio de la siguiente. La luz nunca es inocente. (Porfirio Enríquez)
En el Departamento de Arte tratamos de dar rostro, espacio, lugar y sentido a los diferentes escenarios e historia de una película. En particular, yo trato de que los escenarios sean creíbles y acordes con el guión, que no destaquen por encima de la historia. (Antón Laguna)
Con la ropa hablo del personaje y le doy color. Muchas veces te das cuenta de quien tienes enfrente de ti simplemente con una mirada. Nuestros ropajes hablan de nosotros. De la clase social a la que pertenecemos y de nuestra personalidad. Los colores hablan del espíritu y de estados emocionales. (Lenna Mossum)
El montador es un narrador cuyo universo es el guion y su materia prima el material rodado. Como un escultor luchando contra la piedra, el montador elimina lo sobrante, reestructura los pedazos y pule las aristas para construir un relato. Yo intento hacerlo utilizando el corazón del director, la cabeza del productor y los ojos del espectador. (Ángel Hernández Zoido)
Más que montador de sonido me considero montador de silencios, porque me gusta (cuando es posible) utilizar el menor número de elementos sonoros, los justos para contar cada momento. (James Muñoz)
Cada película es “el sueño por realizar” y cada una, pequeña o grande, es un nuevo mundo. (Angélica Huete)
Así lo escriben quienes mucho saben de combinar los ingredientes para dejarnos en la pantalla sus particulares milagros: Saura, Bardem, García Serrano, Godoy, Enríquez, Laguna, Mossun, Hernández Zoido, Muñoz, Huete… Es decir, un director, un actor, una guionista, un músico, un fotógrafo, un director de arte, una responsable de vestuario, un montador, un sonidista, una directora de producción…
Claro que hay muchos más detrás de cualquier película, pero los profesionales reseñados representan buena parte de la esencia que ha levantado el cine español de las últimas décadas. A todos les une el haber sido parte fundamental de alguno de los 26 viajes que fraguaron en la propuesta que ganó alguno de los 26 Premios Goya a la Mejor Película.
Como recoge el libro Viaje el cine español, hablar de la cinematografía española es hablar de un universo múltiple, fascinante y en cierto modo inabarcable por su riqueza, diversidad y el enorme grupo de profesionales que dedican su vida, esfuerzo e ilusiones para que cada película sea posible.
Listado extraordinario
Conste, como homenaje al resultado y a quienes lo hicieron posible, ese extraordinario listado:
1987. El viaje a ninguna parte, de Fernando Fernán Gómez.
1988. El bosque animado, de José Luis Cuerda.
1989. Mujeres al borde de un ataque de nervios, de Pedro Almodóvar.
1990. El sueño del mono loco, de Fernando Trueba.
1991. ¡Ay, Carmela!, de Carlos Saura.
1992. Amantes, de Vicente Aranda,
1993. Belle époque, de Fernando Trueba.
1994. Todos a la cárcel, de Luis García Berlanga.
1995. Días contados, de Imanol Uribe.
1996. Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, de Agustín Díaz Yanes.
1997. Tesis, de Alejandro Amenábar.
1998. La buena estrella, de Ricardo Franco.
1999. La niña de tus ojos, de Fernando Trueba.
2000. Todo sobre mi madre, de Pedro Almodóvar.
2001. El Bola, de Achero Mañas.
2002. Los otros, de Alejandro Amenábar.
2003. Los lunes al sol, de Fernando León de Aranoa.
2004. Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín.
2005. Mar adentro, de Alejandro Amenábar.
2006. La vida secreta de las palabras, de Isabel Coixet.
2007. Volver, de Pedro Almodóvar.
2008. La soledad, de Jaime Rosales.
2009. Camino, de Jaime Fesser.
2010. Celda 211, de Daniel Monzón.
2011. Pa negre, de Agustí Villaronga.
2012. No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizu.
Ahí están. Las hay para todos los gustos. Como se ha recordado con motivo del Festival de San Sebastián, es buena hora para acercarse a aquellas que no tuvimos la oportunidad de ver en su momento y, por supuesto, para volver a las que se quedaron para siempre en nuestra memoria.