Paredes se formó en la Escuela de Arte Dramático de Madrid, y debutó en cine con solo 14 años en Esta noche tampoco, de José Osuna, y 091 Policía al habla, de José María Forqué. Durante los sesenta y los setenta interpretó papeles secundarios y con la llegada de los años ochenta y Ópera prima, de Fernando Trueba, llegó su consolidación.

Tras participar en el primer largometraje de Trueba, también lo haría en las primeras obras de otros directores del cine español, como Agustí Villaronga (Tras el cristal). Antes, en 1983 llegó su primera colaboración con Pedro Almodóvar, con Entre tinieblas. Después rodó con el manchego sus grandes protagonistas: será la diva Becky del Páramo en Tacones lejanos y la escritora Amanda Gris de La flor de mi secreto. También apareció en Todo sobre mi madre, Hable con ella y La piel que habito.

Sus colaboraciones con Almodóvar le abrieron las puertas del cine internacional, participando en cintas como La vida es bella, de Roberto Benigni, Profundo Carmesí, de Arturo Ripstein, o El espinazo del diablo, de Guillermo del Toro. También sumó a su filmografía trabajos con Amos Gitai, Daniel Schmid, Philippe Lioret, Raoul Ruiz, Alain Tanner, Maria Sole Tognazzi, Cristina Comencini o Manoel de Oliveira.

Desde el 2000 hasta el 2003 fue presidenta de la Academia de Cine, institución que la reconoció en 2018 con el Goya de Honor, distinción que recogió de manos de su hija, María Isasi, y del director Agustí Villaronga. «Este oficio se trata de tomarlo con absoluto rigor y seriedad. Necesita entrega, coraje, fuerza, que no te venza el desaliento», reflexionaba en una entrevista para la Revista Academia con motivo de este premio.

Además del Goya de Honor, Paredes ha recibido numerosos galardones, como el Premio Nacional de Cinematografía, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o la Gran Medalla Vermeil de la Villa de París, así como premios cinematográficos en certámenes internacionales como el de Karlovy Vary, Taormina, Gijón, Málaga o Valladolid.