Estrenada en París en 2012, El padre fue galardonada en 2014 con el Premio Molière y elegida por The Guardian como la mejor obra de teatro de los primeros años del siglo XXI. La versión inglesa se estrenó en el West End de Londres en 2015, ganando el Premio Olivier al Mejor Actor para Kenneth Cranham. Frank Langella hizo de protagonista cuando la obra se presentó en Broadway y, con su trabajo, obtuvo el Tony. En nuestro país fueron en 2016 Héctor Alterio y Ana Labordeta los encargados de interpretar a los protagonistas.

En su adaptación cinematográfica, ganadora de los Premios del Público en Chicago y San Sebastián, además del propio Zeller, ha intervenido el guionista Christopher Hampton, que en su día recibió el Óscar por su trabajo en Las amistades peligrosas y que ya había sido responsable de su traducción a las tablas.  

A sus 81 años, Anthony (ahí está el Hopkins más sutil y cautivador y desgarrado) es un anciano mordaz, culto e inquieto que no acaba de aceptar que los años irremediablemente pasan. Tercamente ha decidido vivir solo y rechaza a todas y cada una de las personas que su hija Anne (Olivia Colman es el extraordinario contrapunto interpretativo que la historia merece) intenta contratar para que le ayuden en casa. Anne, que se ha enamorado y se traslada a vivir a París, asiste desesperanzada a la pérdida de memoria que cada día es más evidente en su padre…

«Quería que los espectadores se sintieran muy cerca del protagonista», comenta Zeller. «Por esa razón, por su enorme presencia en la pantalla, era imprescindible contar con Hopkins. Fue fascinante verlo trabajar con Olivia Colman, en mi opinión una de las mejores, si no la mejor actriz en la actualidad. Cuando decidí dirigir la película sólo tuve en mente el rostro de Anthony Hopkins y, de hecho, tuvimos que esperar a que estuviera libre pues sin él la película o no se hubiera realizado o hubiera sido otra distinta y probablemente en francés».

La memoria como eje que estructura al ser humano. Cuando falla, todo o casi todo falla. “Siento que estoy perdiendo las hojas, los días. Siento que estoy despareciendo”, afirma en su desesperación el protagonista, y el espectador se encoge en su butaca conmovido hasta la médula. Acaso desde Amor, el largometraje de Michael Haneke, el cine no había radiografiado el drama del deterioro mental con tanta clarividencia. En ese acierto juega papel fundamental el hecho de que todo gire desde la propia óptica de quien vive el progresivo, dramático olvido. Y todo ello envuelto en una puesta en escena contenida y precisa, en la que todo encaja para reforzar el excelente resultado.

Tierna y honesta, humana hasta el tuétano y brutal como lo es ese adiós memoria, adiós al que asistimos, El padre es una película llamada a perdurar. No lo olviden: no se la pierdan.

El padre

Dirección: Florian Zeller

Guion: F. Zeller y Christopher Hampton sobre la obra teatral homónima.

Intérpretes: Anthony Hopkins, Olivia Colman, Mark Gatiss, Olivia Williams, Imogen Poots, Rufus Sewell

Fotografía: Ben Smithard

Reino Unido, Francia / 2020 / 97 minutos