Hong nos presenta a un director de cine que, habiendo llegado por error un día antes a una ciudad donde debe dar una conferencia, sale a pasear y se topa con una pintora con la que comienza una conversación que se prolongará durante todo el día.
Dicho así podría parecer que es otra historia más de amores frustrados y miradas al infinito, pero detrás de todo está Hong Sang-soo, un autor cuyo sello, amado por unos y quizá aborrecido por otros, lo distingue de cualquier otro cineasta.
El estilo de Hong se luce en largas conversaciones de apariencia naturalista en las que se dejan caer tres o cuatro reflexiones universales. A eso ayuda una realización que, apoyada en una textura digital que utiliza a su favor, convierte la película en una sucesión de estampas hipnóticas. De algún modo, el coreano logra encandilar al espectador a través de sus imágenes, hermosas sin necesidad de artificio ni un aparente celo por su preparación.
Juego narrativo
Pero la auténtica miga de la película, y de la carrera de Hong en general, está en su modo de narrar. Al cineasta no parece gustarle mucho repetir estilo narrativo, así que en cada película juega con su manera de contar la historia. En Hahaha contraponía dos puntos de vista para construir una historia completa; en Our Sunhi, quizá la más inspirada de su filmografía, trataba de presentar a su protagonista a través de tres personajes para descubrir al final que no sabíamos nada de ella; y en Hill of Freedom desordenaba la cronología de los acontecimientos.
En Ahora sí, antes no recurre a contar una misma historia dos veces, pero introduciendo cambios (al principio pequeños, más tarde muy significativos) que hacen que cada versión vaya en una dirección distinta, dando lugar a dos historias diferentes. Al «¿qué habría pasado si…?» Hong responde de forma activa, mostrándolo directamente en pantalla. Lo más acertado de esta decisión narrativa es que no la justifica a través de un evento de la historia (un viaje en el tiempo o algo parecido), sino que la toma porque sencillamente puede hacerlo como narrador.
Gracias a este juego narrativo Hong nos muestra dos maneras de afrontar las relaciones, el acercamiento al otro, la seducción. ¿Conviene mentir o ser brutalmente honesto? ¿Es mejor guardar las formas siempre o entregarse a la locura cuando llama? El coreano da su opinión sin sentar cátedra ni dejar una película mascada.
Apreciar el cine
Autor referencial, Hong aprovecha cada película para rendir homenaje al cine. De hecho, sus personajes suelen ser trabajadores del sector (directores, guionistas, actores, etc.). En Ahora sí, antes no, además del tributo que le hace al hecho en sí de narrar historias con el juego del que hemos hablado, alcanza su momento más emocionante precisamente a través de la apreciación del cine.
Ese es el mensaje más hermoso que nos deja Hong. Si consigue que al menos una persona logre apreciar realmente el cine, contar una historia habrá merecido la pena.
Dirección y guion: Hong Sang-soo
Intérpretes: Jae-yeong Jeong, Kim Min-hee, Ko Ah-sung, Choi Hwa-Jeong, Yoon Yeo-jeong
Música: Jeong Yong-jin
Fotografía: Park Hong-yeol
Montaje: Hahm Sung-Won
Corea del Sur / 2015 / 121 minutos