El campo de Alcarràs, municipio de la provincia de Lérida, al oeste de la comarca del Segriá, que limita con Aragón, es centro y eje de un largometraje de ficción, con aires de documental sin serlo, protagonizada por actores no profesionales de la zona elegidos tras un largo proceso de casting que duró más de un año al tener que paralizarse ante el inicio de la pandemia.
Esas personas constituyen el tuétano de un relato cargado de verdad. Una verdad en la que ellos juegan papel clave hasta el punto de que el jurado del Festival de Berlín, que inicialmente creyó que se trataba de una familia real, hizo mención específica a “las extraordinarias interpretaciones de todos, desde los niños a los ancianos de 80 años”.
Y el hecho es que, como señalaba la realizadora en la presentación del filme “no son familia. A lo largo del casting vimos a más de nueve mil personas del lugar. Fuimos a las fiestas de los pueblos y les invitamos a hablar y presentarse. Como no encontramos familiares que nos sirvieran creamos nuestra propia familia. Y para crear un vínculo entre ellos alquilamos una casa y nos reuníamos. Y a partir de eso íbamos improvisando momentos que tenían sentido para las relaciones que había en la película. Queríamos crear una especie de memoria compartida entre todos los actores, algo que funcionó porque a día de hoy siguen, entre ellos, llamándose abuelo, papá, mamá…”.
En los personajes principales de esta apuesta interpretativa coral destacan Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós y Berta Pipó.
Alcarràs se adentra en la historia de la familia Solé, muy arraigada en el lugar, que a lo largo de tres generaciones se ha dedicado al cultivo y recolección de melocotones. Un mal día descubren que las tierras que creían propias son en realidad arrendadas y el propietario que las acaba de heredar les avisa que tendrán que abandonarlas pues va a instalar un “huerto” de placas solares.
Pese a la negativa inicial, a los Solé no les queda otra salida que asumir ese final y afrontar la última cosecha con actitudes muy diversas, lo que crea tensiones al tiempo que van descubriendo que en la adversidad también se estrechan lazos.
«Es una historia sobre la pertenencia a una tierra, a un lugar. Un drama sobre las perpetuas tensiones generacionales, la superación de antiguas tradiciones y la importancia de la unidad familiar en tiempos de crisis», resume la realizadora al confesar que la película tiene un fondo autobiográfico: “Mi familia cultivaba melocotones en Alcarràs. Cuando murió mi abuelo se produjo en mí un momento de reflexión al comprobar que todos valorábamos su legado. Creo que ahí nació la película pues cuando mis tíos heredaron la tierra comencé a preguntarme si esos árboles iban a estar ahí para siempre. Y, al pensar cómo ha cambiado el mundo de la agricultura, plantearme que esa manera de cultivo, realizado en familia, ya no es prácticamente sostenible”.
Y añade: “Alcarràs no es solo la historia de esta familia, sino de todos esos pequeños agricultores que se resisten pero tienen que abandonar la tierra porque ya no les es rentable cultivarla. Por ejemplo, en la vida real el actor que hace de hijo mayor de la familia quiere cultivar la tierra, como su personaje. Y hay muchos jóvenes como él. Pero hoy en día esa pequeña agricultura no es sostenible. Y la gente acaba buscándose la vida en otros empleos. Pero yo creo que la falta de relevo generacional no tiene nada que ver con el deseo, las ganas y con la vocación, sino con la dura realidad que les hace ver que es difícil ganarse la vida tal como lo venían haciendo”.
Firman el guion de Alcarràs la propia Carla Simón y Arnau Vilaró. Buena parte del equipo de Verano 1993, la ópera prima de la realizadora, ha trabajado también en la película que ahora se estrena, como la montadora Ana Pfaff, la directora de arte Mónica Bernuy, la directora de fotografía Daniela Cajías, la jefa de sonido Eva Valiño y la productora María Zamora.
Con un largo recorrido en festivales y premios, Alcarràs hizo historia el pasado 15 de febrero al lograr el Oso de Oro en la 72 edición de la Berlinale, un premio que no lograba el cine español desde 1983 con La Colmena, de Mario Camus. El jurado del festival, presidido por el director M.N. Shyamlan, destacó de la propuesta de Carla Simón, primera directora española que consigue este galardón, «su habilidad para mostrar con sensibilidad la lucha de la familia, y su retrato sobre la conexión y dependencia con la tierra que nos rodea».
Alcarrás
Dirección: Carla Simón
Guion: C. Simón, Arnau Vilaró
Intérpretes: Jordi Pujol Dolcet, Anna Otín, Xenia Roset, Albert Bosch, Ainet Jounou, Josep Abad, Montse Oró, Carles Cabós , Berta Pipó
Fotografía: Daniela Cajías
España, Italia / 2022 / 120 minutos
Distribución: Avalon