El hilo dramático, idea original de Dan Fogelman, cuenta la historia de la familia Pearson, formada por un matrimonio, Jack y Rebecca, y sus tres hijos, Kevin, Kate y Randall, éste último negro y adoptado el mismo día en el que nacen sus hermanos, después de haber sido abandonado a la puerta de un parque de bomberos.
Historia dramática, espectador lamigoso. Nada más lejos de la realidad. La narración captura con arte y sin ciencia desde el minuto uno, y solo puedes acompañarla por un camino de luces y sombras convertido ya en cuatro temporadas -tres de ellas subidas ya a la plataforma de streaming– y 72 episodios de casi 50 minutos cada uno.
Lo que hace de This Is Us una historia distinta es su estructura, una obra de ingeniería audiovisual que combina con pasmosa perfección hilos temporales del pasado, -abarcando más de tres décadas de recuerdos ordenados con un detallismo que causa estupor-; el presente y el futuro, a través de flashbacks que comienzan a partir de la tercera temporada.
Este, que sin duda es un recurso original, puede convertirse también en un arma de doble filo, pudiendo llegar a confundir al espectador, cosa que no sucede en ningún momento, ya que sus guionistas manejan, como juego de malabares, lo que sabe y no sabe el espectador para moldear sus expectativas, consiguiendo que, a cada capítulo, nos enamoremos un poco más de la familia.
Otro de sus caballos ganadores es su vuelta a la historia tradicional dramática. A las series que narran la realidad de una familia sencilla y sin grandes florituras, alejándose del cinismo, los excesos o la brillantina.
This Is Us no cuenta con un elenco de artistas tan conocidos que invite al consumo masivo. Captura por ser capaz de contar una historia simple -y bastante lacrimógena- de una forma original que conquista al espectador, alimentando y construyendo un vínculo de fidelidad pura. Nadie ve esta serie si no es para estar y crecer con los Pearson.
Un ejemplo de buen cine para la ‘pequeña pantalla’ que supera con enorme talento el reto de contar la vida y milagros de una familia hasta el día de hoy y que ésta nos atrape sin remisión.
Gracias a los Pearson por acompañarnos durante esta cuarentena.