Por mucho que Jean-Pierre Jeunet reniegue de la versión para Broadway que Dan Messe y Craig Lucas están preparando de su Amélie, ésta continúa adelante y, si todo va según lo previsto, se prevé que será de las que arrastran espectadores en masa al teatro que finalmente acoja el montaje. La noticia se conoció hace unos días después de un tiempo de rumores. Messe, encargado de la partitura, decidió confirmar lo que ya se había filtrado en su perfil en una red social.
Del casting aún es pronto para saber nada, pero lo que sí se conoce es que a Jeunet, padre de la criatura cinematográfica en 2001, no le ha gustado nada la idea. Dice el director y guionista que vendió los derechos por una buena causa. El dinero de la venta ha sido donado a una fundación infantil. Más allá de eso, no quiere saber nada. Profundamente disgustado, según sus propias palabras, Jeneut reconoció en una entrevista para la radio recogida por la agencia France Presse que odia Broadway y que reniega de todo lo que tenga que ver con convertir Amélie en un musical. “Creo que es la encarnación de la cursilería”, sentencia.
Aunque lo habitual es que sean las obras de Broadway las que salten a la pantalla (léase Mamma Mia!, la reciente Los miserables o la que está en camino de Jersey Boys con Clint Eastwood detrás del proyecto), lo cierto es que en los últimos años este tipo de adaptaciones ha abierto un camino de ida y vuelta en el que varias películas se han convertido en obras de teatro, musicales o no.
Magic Mike, de Steven Soderbergh, es, como la historia protagonizada en cine por Audrey Tautou, otro proyecto en curso. La película francesa cuenta la historia de una extraña y sensible parisina que recorrre la ciudad intentando hacer feliz a sus conciudadanos con pequeños detalles. La de Soderbergh es la historia de un chico de músculos hiperdesarrollados que se gana la vida como bailarín de strip tease en un club. Hay amor, celos, caídas, amistad…
El Billy Elliot de Elton John
Amélie y Magic Mike son dos proyectos que se suman a una lista en la que hace tiempo entraron otros personajes con carisma dentro del cine como Billy Elliot, la historia de un adolescente irlandés que quería bailar a toda costa y que parecía pensada desde el principio para convertirse en un musical. En 2000 lanzó a la fama al jovencísimo Jamie Bell y en 2005 se estrenaba la obra en Londres con canciones de Elton John.
Las películas con nombre propio, sea por la razón que sea, parecen tener más posibilidades de ser convertidas en obra de teatro. A estos proyectos ya mencionados se suman las famosas Matilda o Mary Poppins. Ambas, curiosamente, ambientadas en el mundo de la magia. Una niña con una familia que no sabe apreciarla como se merece y una niñera cantarina capaz de volar con un paraguas. ¿Hay algo más teatral?
Nombres propios, mundos mágicos y canciones pegadizas. Un tercer grupo que encabezan Grease y Fiebre del sábado noche. Musicales clásicos del cine que también han visto como su historia (de amor y baile) saltaba de la pantalla de un cine al escenario de un teatro. También entran en él, el de las películas con canciones pegadizas, algunas de las películas emblemáticas de la casa Disney que han sido convertidas en musicales. El rey león y La Bella y la Bestia son buenos ejemplos de ello. Hasta Shrek, el ogro verde de Dreamworks, tiene un musical que Broadway ha llegado a exportar a España.
Pero no todo son historias trágicas, melodramáticas o sensibleras, una comedia nacida en España ha contado con un estreno en el ‘glamouroso’ Broadway. Mujeres al borde de un ataque de nervios fue adaptada hace tres años y convertida en un musical cuya acción transcurría en Madrid y en el que el propio Almodóvar colaboró.
Ejemplos menos conocidos
La lista de películas que saltaron del cine al teatro para convertirse en musicales es algo más larga. Incluye ejemplos de lo más peculiares. Si convertir al ogro verde de Dreamworks en protagonista de un musical puede parecer raro, qué decir del hecho de que personajes como Spiderman, Cry Baby o una rubia muy legal también hayan coqueteado con los escenarios neoyorquinos. Visto así, casi cualquier historia es susceptible de ser teatralizada y cantada.
El personaje creado por Stan Lee no necesita presentación, amén de señalar que su estreno en Broadway estuvo plagado de problemas y fracasos. Sin embargo puede que para muchos, Cry Baby sea un total desconocido. En España se le llamó El lágrima. Se trata de una comedia musical dirigida por John Waters en 1990 en la que un joven Johnny Depp interpretaba a un chico malo con una lágrima tatuada en el rostro. Su historia saltó al teatro en 2007.
En cuanto a Una rubia muy legal, es una de esas películas más bien tontorronas, de fácil digestión, protagonizada en 2001 por Reese Witherspoon y que en 2003 tuvo una segunda parte. La historia giraba en torno a una chica muy mona y supuestamente algo simple que demuestra a todos que es capaz de ganar un juicio por muy rubia y tonta que parezca. En 2007 se convirtió en musical de teatro y no le fue nada mal en la taquilla.
Spielberg, también
Un peso pesado de Hollywood como Steven Spielberg ha visto también como dos de las historias que había contado cámara en mano pasaban a ser cantadas sobre las tablas de Broadway. El padre de ET se basó en la novela de Alice Walker para rodar El color púrpura en 1985 con Danny Glober, Whoopi Goldberg y Oprah Winfrey en el elenco. El mismo texto sirvió de base para un musical estrenado en 2006.
Menos tardaron en hacer lo propio con Atrápame si puedes. Spielberg contó en 2002 la historia de un joven llamado Frank Abagnale Jr., que durante años vivió a cuerpo de rey haciéndose pasar por piloto. El papel protagonista en el cine fue para Leonardo Di Caprio y el de agente encargado de darle caza para Tom Hanks. En 2011 la historia llegó a Broadway.
Quizá estos casos no sean tan conocidos a este lado de Atlántico como los de El rey león, Mary Poppins o La Bella y la Bestia, pero aún hay más. Uno de los dramas románticos por excelencia del cine, Ghost, también ha sido musical en Broadway (2012) y otro es Newsies, la historia de unos niños repartidores de periódicos en los cincuenta en la que aparecía Christian Bale.