Ha asegurado que este oficio le ha dado «no solo la posibilidad de trabajar por algo con lo que he soñado toda la vida, sino el regalo de poder conectar con la gente» y ha declarado que no sabe trabajar sola: «desde que empecé siempre he necesitado la mirada de mis compañeros, la sonrisa cómplice de los técnicos o la confianza del director para trabajar mejor». Considera que «el ambiente que se genera en un rodaje es de las mejores cosas que te pueden ocurrir en la vida, no como profesional, sino como ser humano». No esperaba, cuando era tan solo una niña y comenzó a trabajar, «que lo que una hace pudiese tener tal respuesta. El público me ha dado mucho más de lo que yo hubiese podido imaginar. Trabajo a trabajo, te admiten en su vida, te dan paso a sus días, algo que tengo que agradecer muchísimo a la gente».
La Junta Directiva de la Academia le otorga por unanimidad este galardón «a una actriz que es referente de muchas generaciones y sigue siendo rostro y voz imprescindible de nuestra cinematografía». Minutos después de enterarse de la noticia, Ana Belén se ha mostrado visiblemente emocionada por el reconocimiento y ha querido resaltar que el día de la entrega le encantaría estar rodeada por «todos los maestros que han marcado mi camino en esta profesión. No voy a poder dejar de pensar en Miguel Narros; él es sin duda el culpable de que yo esté hoy aquí».
Reconocida experiencia
Con 13 años, bajo la dirección de Luis Lucia y junto a Fernando Rey, Ana Belén comenzó su trayectoria cinematográfica en 1965 con uno de los títulos ya «clásicos” de nuestra filmografía, Zampo y yo, en el que interpretaba canciones de Augusto Algueró y Adolfo Waitzman. La repercusión de la película, lejos de las expectativas de sus productores, alejó a la actriz de los platós de cine y la llevó al teatro, de la mano de Miguel Narros, quien la «descubrió» durante el rodaje de la película. Cervantes, Tirso de Molina, Lope de Vega, Shakespeare, Molière o Zorrilla llenaron cinco años de carrera en los escenarios, que compaginó con grabaciones de los míticos Estudio 1 de Televisión Española a la órdenes de directores reputados como Pilar Miró. En 1970 regresa al mundo del cine con Españolas en París, de Roberto Bodegas.
A partir de ahí dio comienzo una larga y fructífera trayectoria cinematográfica, con títulos como Aunque la hormona se vista de seda (Vicente Escrivá), Morbo y Al diablo con el amor (Gonzalo Suárez), Separación matrimonial (Angelino Fons), Vida conyugal sana (Roberto Bodegas), El amor del capitán Brando y Jo, papá (Jaime de Armiñán), Tormento (Pedro Olea), La criatura (Eloy de la Iglesia), La petición (Pilar Miró), La oscura historia de la prima Montse (Jordi Cadena), o Emilia, parada y fonda y Sonámbulos (José Luis García Sánchez).
Al término de la década de los setenta, Ana Belén era ya una de las profesionales más valoradas, admiradas y queridas de nuestro país, una de las caras imprescindibles de nuestro cine y una de las voces que más despuntaban dentro de la música. Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, Luis Eduardo Aute, Joaquín Sabina, Pablo Milanés, Miguel Ríos, Carlos Mejía Godoy, Chico Buarque o Djavan son algunos de los nombres de la música con los que ha trabajado a lo largo de su trayectoria.
Comenzó la década de los ochenta colándose en los hogares de los espectadores a través de la archiconocida serie de televisión Fortunata y Jacinta, donde dio vida a la «mujer bonita, joven, alta» de la obra de Galdós. Le siguen títulos indispensables de nuestro cine en los que Ana Belén interpretó destacados papeles: La colmena y La casa de Bernarda Alba, de Mario Camus; Demonios en el jardín, de Manuel Gutiérrez Aragón; La corte de Faraón, Divinas palabras y El vuelo de la paloma, de Jose Luis García Sánchez; Sé infiel y no mires con quién, de Fernando Trueba, etc.
En 1991 se estrena como directora adaptando la obra de Carmen Rico Godoy Cómo ser mujer y no morir en el intento, filme español más taquillero de ese año protagonizado por Carmen Maura y Antonio Resines. En esa misma década protagoniza títulos como Rosa, rosae, de Fernando Colomo; La pasión turca y Libertarias, de Vicente Aranda; El amor perjudica seriamente la salud, de Manuel Gómez Pereira, entre otros, y ya en los 2000 interviene en Antigua vida mía, dirigida por Héctor Olivera y donde comparte reparto con Cecilia Roth; y Cosas que hacen que la vida valga la pena, de Gómez Pereira. El 25 de noviembre estrenará su última incursión en la gran pantalla: La reina de España, de Fernando Trueba.
Artista total
El teatro siempre ha estado presente en su vida, medio en el que se ha codeado con directores como José Carlos Plaza, José Luis Gómez, Joan Ollé y Magüi Mira, entre otros, y en el que ha interpretado personajes ideados por autores como Chéjov, Max Aub, Alberti, Lorca, Shakespeare, García Márquez y Vargas Llosa. En los últimos años, se ha metido en la piel de Fedra, Electra y Medea. La televisión tampoco le ha sido ajena, donde, entre otros trabajos, junto a Santiago Segura, protagonizó Petra Delicado, dando vida a la detective obra de Alicia Giménez Bartlett.
Caballero de la Orden de las Artes y Letras francesas en 1986, Medalla de Oro de la Academia 1995 y Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes en 2007, Ana Belén ha optado cinco veces a los Goya, cuatro a mejor actriz protagonista y una como directora novel. Dos menciones especiales del Festival de San Sebastián, tres premios Ondas, seis Fotogramas de Plata, un TP de Oro, Medalla de Honor del Círculo de Escritores Cinematográficos y un Grammy latino a la excelencia musical son algunos de los premios que ya tiene esta artista total que el próximo mes de febrero recibirá el Goya de Honor rodeada de sus compañeros.