Un paseo de color y música
El 27 de agosto de 1964 se estrenaba en los cines de Estados Unidos Mary Poppins. La película de Disney, dirigida por Robert Stevenson y protagonizada por Julie Andrews, se convirtió rápidamente en un éxito mundial de crítica y público. La cinta consiguió cinco Premios Óscar, incluido el de mejor actriz protagonista y mejor canción, que recayó en Chim Chim Cher-ee.
Cincuenta años después, la historia de esta niñera sigue en la memoria de todos los amantes del cine. Algunos dirán que es porque fue la primera película que utilizó el fondo de pantalla azul para mezclar imágenes reales y animación, pero la realidad es que aún se recuerdan sus canciones, compuestas por los hermanos Richard M. Sherman y Robert B. Sherman, entre las que ocupa un hueco muy especial el Supercalifragilisticoespialidoso.
Esta historia familiar de fantasía y magia está basada en una serie de libros de la británica Pamela Lyndon Travers, cuya adaptación al cine se llevó a cabo por un empeño personal de Walt Disney. La escritora sentía un gran amor por su personaje por lo que rechazó todas las propuestas que le hacía el productor estadounidense, al que le exigía unos requisitos disparatados. Esta batalla se recoge en la reciente película Al servicio de Mr. Banks, protagonizada por Emma Thompson y Tom Hanks.
Un mundo de fantasía
Cinco días antes del comienzo de la II Guerra Mundial, el 25 de agosto de 1939, los estadounidenses acudían al estreno de la película de Victor Flemning El Mago de Oz. 75 años después de su primera proyección, este filme sigue emocionando gracias a sus vivos colores y a la historia de una niña de Kansas, Dorothy, a la que dio vida Judy Garland.
La película es una adaptación de la novela de Franz Baum en la que se relata cómo una niña es llevada de Kansas a un lugar fantástico, más allá del arcoíris, por un tornado. En este mundo mágico encuentra a brujas buenas y malas, espantapájaros que hablan, hombres de hojalata y un león cobarde. La Metro-Goldwyn-Mayer se hizo con los derechos de la novela por 75.000 dólares, una cifra desorbitada para la época que alejaba de la competición a Disney.
A pesar de que es una de las películas más recordadas, obtuvo buenas críticas y es considerada por la UNESCO como ‘memoria del mundo’ (reconocimiento que sólo ha logrado Los Olvidados de Luis Buñuel y Metrópolis de Fritz Lang), la cinta no fue muy premiada y, al principio, no consiguió cubrir gastos. En los Óscar se tuvo que conformar con dos estatuillas, a la mejor canción, por Over the rainbow, y a la mejor banda sonora original, compuesta por Harold Arlen y E.Y. ‘Yip’ Harburg. Los galardones ese año recayeron en otra célebre cinta de Fleming, Lo que el viento se llevó.