Una serie de patrones, –ahí el mensaje esencial de esta propuesta–, gravitan sobre nuestro estar en este mundo y muchas de las aventuras existenciales en pareja, en cualquier pareja, discurren por derroteros similares a los que se transmiten en Antes del anochecer: El amor y la vida de dos en común experimenta, con el tiempo, un inevitable desgaste, aunque no todo siempre esté irremisiblemente perdido.

Han pasado 20 años…

Han pasado 20 años… conocimos entonces en Antes del amanecer a Jesse y Celine, –Delpy y Hawke eligieron estos nombres para sus personajes–, un par de jóvenes que, tras conocerse en un tren, paseaban de la mano por Viena dando inicio a su historia de amor.

Nueve años después, los reencontrábamos, esta vez en París, en Antes del atardecer. Aunque sus destinos circulaban por carreteras diferentes, las brasas de su primer encuentro seguían calientes. Era cuestión de soplarles un poco. Aquella entrega se cerraba con la despedida de la pareja en una habitación parisina.

Grecia

Como secuela de aquellos dos episodios, la trilogía se cierra con este anochecer frente al mar calmo de Grecia. Los caminos de los protagonistas, –él un escritor de éxito con un hijo de un matrimonio anterior; ella, una mujer que tiene una nueva oportunidad laboral–, volvieron a encontrarse y se unieron. Forman una pareja que tiene un par de hijas y, aparentemente, el amor pervive; pero con cicatrices.

La felicidad, o ese espejismo de felicidad, corre el riesgo de resquebrajarse porque él se siente muy lejos de su primer hijo y plantea la posibilidad de cambiar Francia, país en el que viven, por Estados Unidos. Ella no acepta el cambio por lo que supone para sus hijas y porque trunca la posibilidad de su nuevo trabajo…

Diálogos

Pero el argumento no es la clave. La excelencia de Antes del anochecer radica en sus diálogos, –lúcidos y muy trabajados–, en los que también han intervenido como guionistas Hawke y Delpy, hasta el punto de que el hilo argumental se convierte en algo secundario.

La película se concreta en cinco grandes escenas. Planos largos llenos de palabras. Textos que mantienen vivo, muy vivo, el que probablemente sea el mejor filme de la trilogía.

Como apunta Linklater, el guión se escribió entre los tres a través de larguísimas sesiones. Las ideas en común eran luego pulidas a nivel individual y así se fueron gestando unos textos que en sus tres partes plantean y analizan el crack del enamoramiento, la consolidación de la pasión y el desencanto o, si se prefiere, un cierto desencanto.

Puertas abiertas

Al retratar a Jesse y a Celine a lo largo de dos décadas, afirma el director, no son solo ellos los que han envejecido (Hawke ha perdido aquel aire de eterno adolescente y Delpy aquella cualidad traslúcida), «nosotros, los espectadores, también».

Antes del anochecer deja puertas abiertas. Asistimos a una crisis que no parece ser la última. Entre reproches y heridas habita un punto de esperanza. Queda en el aire la respuesta a la pregunta que, en el fondo, los protagonistas se plantean: ¿Continuar supone resignarse?

Acaso no tengamos que esperar otros diez años para que una cuarta visita a la vida de Jesse y Celine nos aclare la respuesta.

Antes de anochecer
Dirección: Richard Linklater
Intérpretes: Ethan Hawke, Julie Delpy, Seamus Davey-Fitzpatrick, Jennifer Prior y Ariane Labed.
Guión: R. Linklater, E. Hawke y J. Delpy
EE.UU./2013/108 minutos