Resulta curioso porque salvo muy raras excepciones, la última fue la ya lejana Paseando a Miss Daisy, ninguna película ha ganado en los Oscar sin que su director estuviera nominado en su apartado y Affleck no lo está como realizador. En consecuencia, la primera lectura de la noche de los Globos es que Argo ha recibido un impulso más que significativo de cara a la dura batalla por las famosas estatuillas doradas.
La sorpresa
Figurando como favorita en todas las quinielas gracias a sus siete nominaciones de partida, Lincoln, que fue presentada en el escenario por el ex presidente Bill Clinton, sólo se llevó el premio a mejor actor de drama gracias a la medida actuación de Daniel Day-Lewis.
En el otro lado de la balanza, Argo, la película que narra el rescate de seis diplomáticos retenidos en Irán, obtuvo los Globos de Oro al mejor drama y a la mejor dirección.
Fue la gran triunfadora, aunque no fuese la cinta con mayor número de galardones. Ese honor le cupo a Los Miserables [1], de Tom Hooper, que logró el reconocimiento a mejor largometraje de comedia o musical, mejor actor en esta categoría, Hugh Jakman, y mejor actriz secundaria, una Anne Hathaway que se mostró muy emocionada y agradeció «este maravilloso objeto sin filo que usaré como arma contra mis propias dudas«.
Lo previsto
En el resto de los premios apenas ha habido sorpresas. Amor [2], de Michael Haneke, barrió como mejor película extranjera o de habla no inglesa. También estaba cantado que Jessica Chestain se llevaría el de mejor actriz de drama por su trabajo en La noche más oscura [3], de Kathryn Bigelow; así fue.
El de mejor actriz de comedia recayó en Jennifer Lawrence por El lado bueno de las cosas, en tanto Django desencadenado [4], el atípico wenster firmado por Tarantino, logró doble reconocimiento: el mejor guión original y el de mejor actor de reparto, que recogió Christop Waltz.
La mejor banda sonora fue para La vida de Pi [5], por el impecable trabajo de Michael Danna, y el Globo de Oro a la Mejor Película de Animación fue para Brave [6](Indomable), lo que también figuraba en las agendas. La actriz Jodie Foster fue homenajeada al recibir el premio honorífico Cecil B. DeMille por toda su carrera.
Momentos estelares
Tres fueron los grandes momentos de la noche de los Globos de Oro. La ceremonia, que se desarrolla durante una cena, vivió la subida al escenario de Bill Clinton en un claro apoyo, sin demasiado éxito, a la obra que retrata a su legendario antecesor.
El segundo momento estelar vino de la mano de Jodie Foster. En un discurso de mucho calado que provocó una ovación de siete minutos repasó décadas de carrera e hizo oficial su, ya conocida, condición homosexual. Tuvo emotivas palabras para su pareja, Cydney Bernard, madre biológica de los dos hijos de la actriz, «que en los últimos 20 años me ha permitido construir una familia y me ha dado razones para seguir respirando y evolucionando».
El tercer flash lo protagonizó Tony Méndez (Antonio J. Méndez), el espía de la CIA al que da vida cinematográfica Argo. A sus 73 años, Méndez vive en una casa de campo en Maryland en un entorno marcadamente artístico, como padre de un escultor y marido de una fotógrafa.
Durante muchos años fue «oficialmente» pintor para ocultar su auténtica profesión como miembro de la CIA, pero una vez jubilado, en 1990, comenzó a pintar para convertirse en un paisajista influenciado por el impresionismo que ha expuesto en varias ocasiones y, poco a poco, se ha ido situando en los círculos artísticos estadounidenses.