El filme, cuyo título hace referencia a que la salida de los museos suele estar ubicada después de su tienda de regalos, es presentada en el festival como "la primera película de desastre en el mundo del arte callejero". La dirige Banksy, cuya identidad real sigue siendo un misterio, y la narra el actor galés Rhys Ifans (Notting Hill), amigo del artista.
Por primera vez en Sundance
Se supone que algún atrevido distribuidor invertirá en la película al menos tantos millones como los que Banksy gana últimamente con su arte callejero, que secretamente va dejando por paredes y espacios urbanos. De hecho, varias de sus obras han aparecido casualmente esta semana en las calles de Park City. La película, considerada como una exploración del arte urbano, lleva a la audiencia a una serie de giros que componen una interesante crónica de los renegados artistas urbanos y bromistas gráficos en todo el mundo.
"El Festival de Sundance ha presentado muchas veces películas de artistas desconocidos, pero nunca de uno anónimo", ha declarado su director, John Cooper, citado este viernes por el diario The Independent. La historia que cuenta el filme es tan extravagante que él mismo se pregunta por su veracidad, aunque es algo que para Cooper no importa, porque la película "es una delicia". Cuenta la historia de un excéntrico tendero francés que decide hacer un documental sobre el arte callejero y trata de descubrir la identidad de Banksy y trabar amistad con él. Cuando finalmente consigue dar con él, el artista le da la vuelta a la cámara para evitar su foco.
Todos mentimos
En un comunicado emitido a través de su relaciones públicas, Banksy explica que se trata de "una película sobre un hombre que intentó hacer una película sobre mí. Todo en ella es verdad, en especial las escenas en las que todos mentimos". La película incluye entrevistas con varios grafiteros como Shepard Fairey, Invader y el propio Banksy, y será la primera vez que se oirá en público la voz de este último.
Larga trayectoria
Ese mismo año logró introducir subrepticiamente en la prestigiosa galería Tate Modern de Londres una obra y colgarla entre las expuestas oficialmente durante varias horas, hasta que alguien se percató del “añadido”. Unos días después repitió el mismo truco nada menos que en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York.
Desde entonces, Banksy ha obtenido un importante incremento de su popularidad, acreditándose como un icono del Street Art internacional y vendiendo obras en subastas, que en algún caso, como el de la titulada Space Girl & Bird, han alcanzado un precio cercano a las 300.000 libras (347.078 euros), pero siempre manteniendo en secreto su identidad.