La película documenta una historia que Bart Layton conoció a través del relato que el periodista David Grann hizo para The  New Yorker. En 1994, un niño de 13 años de edad llamado Nicholas Barclay desapareció de su hogar del Medio Oeste aamericano. Tres años después, la familia recibe una llamada telefónica que les anuncia que su hijo había sido encontrado en España. Nicholas era rubio y el joven que aparece, moreno, además de ser mucho mayor -23 años- y francés. Por supuesto, no es Nicholas. Y, sin embargo, la familia lo recibe y acoge como si lo fuese.

Su verdad identidad era Frederic Bourdin. La cinta de Bart Layton -premiada por los BAFTA y los British Independent Film Awards- documenta esta increíble y fascinante historia de suplantación, construida como una película de suspense.