‘Begin again’ no es ‘Once 2’

Después de ella llegarían Searching for sugar man, A propósito de Llewyn Davis, A 20 pasos de la fama o Alabama Monroe, por citar algunas. Todas grandes. Así, poco a poco, la senda iniciada por John Carney con Once se ha hecho más cada vez más larga y ha convertido la buena música en reclamo para hacer cine. ¿Tienes una buena banda sonora? Adelante… Detrás de ella puede haber una película.

Ahora, él mismo ha decidido continuar ese camino y este viernes estrena en España Begin Again, un filme protagonizado por Keira Knightley, Adam Levine y Mark Ruffalo y ambientado en Nueva York en el que de nuevo es la música la que mueve los hilos, de los personajes y del guion en sí.

Muchos se han adelantado en calificarla como Once 2, pero aunque comparten una serie de puntos en común nada tiene que ver la una con la otra. Por cierto, John Carney se encuentra escribiendo el guion de Sing Street, una película con aportaciones musicales de los miembros de U2. Se ve que no hay dos sin tres.

La música. Si en Once predominaba el folk, en Begin Again sobre todo lo hace el pop. Glen Hansard era conocido por ser el líder de The Frames, pero quizás no mucho más allá de su Irlanda natal. El éxito mundial le llegaría a partir del Oscar que recibió junto a Markéta Irglová por la canción principal de la película Falling Slowly. Más conocido es, sin embargo, Adam Levine, el cantante de Maroon 5 que ha escogido ahora Carney para interpretar las canciones de su segunda película musical. También Gregg Alexander, del grupo New Radical, quien se ha encargado de componer cada uno de los temas. Entre medias, una Keira Knightley que ha demostrado saber cantar, pero que no puede compararse con la desbordante naturalidad con que nos conquistó Irglová en Once.

La industria. Es verdad que las dos hablan de la industria y, en ambas, el talento sale floreciendo y gana la partida. De hecho, las dos dejan el papel de las discográficas reducido a escombros y en las dos los protagonistas graban un disco por su cuenta. Sin embargo, en Begin Again no resulta tan creíble: chica que canta y compone bien encuentra a un cazatalentos musical de éxito venido a menos con el que logra grabar un disco de bajo presupuesto y todo sucede… en Nueva York. A su favor plantea con mucha más fuerza la idea de que el éxito hoy puede llegar por cualquier vía y supone una inyección de adrenalina para los soñadores y para los que luchan por sus sueños en la vida.

Además de exlorar lo que pasa en una relación en la que ambos trabaja en el mismo terreno artístico, Carney empezó a pensar en la figura de los cazatalentos, sí, como «los que había en Irlanda en la década de 1990, que andaban en busca de los próximos U2, ¿qué habrá sido de ellos ahora que la industria ha cambiado tanto? Vamos a buscar a uno de esos tipos y ver qué hace ahora, qué sucede cuando el hastiado ejecutivo discográfico de los noventa se topa con la joven optimista de ahora, que puede grabar y mezclar su álbum en su ordenador”. De todo eso va Begin Again.

Nueva York vs Dublín. Según Anthony Bregman, productor de Begin Again, «la película es una carta de amor a la ciudad de Nueva York, escrita por un irlandés que vive en Dublín. En el guion original, ese afecto y aprecio por Nueva York podía notarse en cada página. Y la evolución del guion se produjo como resultado de elegir las localizaciones, de trasladarse John en bicicleta por la ciudad, intentando conocer mejor aquello de lo que ya se había enamorado”. A pesar de todo, hace el mismo recorrido turístico de siempre: fuente de Central Park, Empire State, metro… Intentar ponerle una especie de banda sonora a Nueva York es demasiado peligroso. Tiene demasiadas. Y algunas, simplemente preciosas. A pesar de todo, le sale bien y consigue que la calidad musical de las canciones enganche y que vuelvas de la película queriendo escucharlas de nuevo

Entretenimiento vs cine indie. Una es la versión europea y otra la americana, con todo lo que eso pueda conllevar: forma de rodaje, planos, actores, música, velocidad… Por cierto, casualidad o no que Adam Levine sea uno de los coach de La Voz americana.