‘Birdman’ triunfa en los Oscar

Velada irrepetible para Iñárritu ^[1] y para un país, México, que repite triunfo tras el que consiguió el año pasado Alfonso Cuarón con Gravity. El mexicano ha conquistado a la Academia con su satírica reflexión sobre el éxito en la industria del espectáculo y se ha hecho con el Oscar a mejor director tras su segunda nominación (la primera fue en 2007 con Babel).

La otra cara de la moneda fue para Boyhood, que consiguió solo un premio, el que se llevó a casa Patricia Arquette, quien emocionó al público asistente pidiendo la igualdad para todas las mujeres. La polémica El francotirador, de Clint Eastwood, también consiguió solo una estatuilla a pesar de sus seis nominaciones. La cosecha, en cambio, resultó excelente para El gran hotel Budapest, que volvió a casa con cuatro premios, tres técnicos (vestuario, maquillaje y peluquería, dirección de producción) y el de Alexandre Desplat por su música. Whiplash, la cinta de Damien Chazelle que aspiraba a cinco Oscars (entre ellos mejor película), volvió a casa con tres, sumando al esperado J.K. Simmons como mejor actor de reparto los de montaje y mezcla de sonido.

Sin sorpresas

Una noche casi sin sorpresas. Eddie Redmayne y Julianne Moore obtuvieron el Oscar en las categorías de mejor actor y actriz por sus papeles en La teoría del todo y Siempre Alice, respectivamente. Ambos intérpretes han recibido entusiastas críticas por su trabajo, uno encarnando el proceso degenerativo de la ELA que padece el astrofísico Stephen Hawking y otra retratando el deterioro de una paciente de Alzheimer. Redmayne y Moore se mostraron muy orgullosos en sus discursos de haber tenido la oportunidad de hablar sobre dos enfermedades tan devastadoras.

Big Hero 6 ^[2] levantó su estatuilla como mejor película de animación en una categoría en la que se echaba en falta a La Lego película, que entusiasmó al público del teatro Dolby con el número de Everything is awesome, canción nominada, honor que consiguieron John Legend y Common por Glory, de la película Selma, cuya interpretación y posterior discurso, en el que los autores hablaron del desproporcionado número de personas encarceladas en Estados Unidos, emocionaron a los asistentes.

Ida, el drama de Paweł Pawlikowski, llevó el Oscar a mejor película en habla no inglesa a Polonia, desbancando, como apuntaban todas las quinielas, a la argentina Relatos salvajes. Por su parte, Citizenfour, documental que aborda la figura de Edward Snowden, se llevó su galardón en una gala conducida por un Neil Patrick Harris que demostró su buen hacer como showman y mago.