«Infancia violada». Así llegó a expresar más de uno sus sensaciones tras el lanzamiento del primer tráiler de esta película (el que más votos negativos ha conseguido en la historia de YouTube). La bandera de la nostalgia era enarbolada en una cruzada que no había sido tan agresiva con otras revisiones y/o continuaciones de franquicias clásicas, como El despertar de la Fuerza o Jurassic World. Lamentablemente, el grueso de las críticas iba en dirección al cambio de sexo de sus protagonistas. Dicho esto, ¿ha escupido esta Cazafantasmas sobre aquella película tan querida de los ochenta? Pese a quien pese, en absoluto.
Cabe aclarar que estamos ante un reinicio de franquicia, lo que supone una nueva constitución del grupo de Cazafantasmas. En este caso tenemos a dos físicas, Erin Gilbert y Abby Yates, amantes de lo paranormal cuyas vidas han tomado caminos separados. Cuando la primera, que ahora niega la existencia de fantasmas, se ve obligada a ponerse en contacto con la segunda, las amenazas del más allá harán que ambas formen equipo junto a la ingeniera Jillian Holtzmann y la trabajadora del metro Patty Tolan.
Katie Dippold y Paul Feig se apoyan en el esqueleto de la primera entrega, escrita por Dan Aykroyd y Harold Ramis, y crean una entidad propia desde la construcción de los personajes, que en el caso de las más protagonistas (Erin y Abby) tienen una presentación y desarrollo más cuidados que en la cinta original. No es que estemos ante personajes complejos, pero al finalizar esta entrega el espectador siente que conoce a estos personajes mejor que a los que vimos en los ochenta.
Sensacional reparto
Pero el punto fuerte de Cazafantasmas es su humor, que mezcla lo absurdo con lo incisivo a la vez que dispara referencias pop sin parar (muy buena la alusión al alcalde de Tiburón). A los mandos del guion están dos expertos: Dippold, que trabajó en esa recomendadísima serie que es Parks and Recreation, y Feig, que además de dirigir la divertida La boda de mi mejor amiga creó la encantadora serie Freaks and geeks.
Parte del buen funcionamiento de la comedia en Cazafantasmas viene de su reparto, unas sensacionales Kristen Wiig, Melissa McCarthy, Kate McKinnon y Leslie Jones. Las dos primeras son ya rostros populares en la gran pantalla, consagradas como dos de las personas más divertidas del panorama cinematográfico. Por su parte, McKinnon y Jones son aclamadas cada semana por el público estadounidense por su trabajo en Saturday Night Live, escuela de la que salió Wiig y el equipo ochentero de Cazafantasmas. El mítico programa de humor lleva décadas lanzando a cómicos de primer nivel. Los menos versados en él encontrarán en McKinnon a la gran revelación de Cazafantasmas, robando escenas a golpe de carisma y locura.
Por allí también anda Chris Hemsworth, personificando la versión masculina de la «rubia tonta» con tan cómico resultado que es una pena que no suelte el martillo de Thor y se lance de cabeza a la comedia. Al lado de tanto personaje carismático, el villano de la función desluce en su definición y objetivo, algo muy común en los primeros títulos de superproducciones de aventuras. Hechas ya las presentaciones, confiamos en que una segunda entrega enfrente a las Cazafantasmas con un villano a su altura.
Desacralizando símbolos
Y claro, por supuesto que hay cameos. Todos los que están imaginando y alguno de propina. Precisamente aquí es donde más se resiente Cazafantasmas, haciendo continuos guiños (algunos, como los cameos, demasiado metidos con calzador) al espectador para apelar a esa nostalgia que irónicamente ha jugado en su contra desde que se anunció el proyecto. No podrán evitar sonreír, eso sí, pero la película funciona con mayor eficacia cuando vuela a su aire y se reivindica como una obra con entidad propia.
La entrega original hizo la difícil labor de establecerse como un icono. La actual, que lleva allanado el terreno por esa parte, no sólo continúa respetuosamente con el legado de la franquicia (cosa que algunos no quieren aceptar), sino que hace una labor tan necesaria como quitarle el estatus de sagrado a ciertos símbolos y acercarlos al público sin necesidad de reverencias fanáticas.
No, Cazafantasmas no es una ofensa a esa franquicia a la que tanto cariño tienen. Y no, tampoco es un símbolo de libertad. Es sencillamente una película muy divertida. Precisamente lo que uno espera de unas personas que salen con monos y mochilas de protones a cazar fantasmas.
Dirección: Paul Feig
Guion: Katie Dippold, Paul Feig (Basado en la película Los cazafantasmas, escrita por Dan Aykroyd y Harold Ramis)
Intérpretes: Kristen Wiig, Melissa McCarthy, Kate McKinnon, Leslie Jones, Chris Hemsworth, Neil Casey
Música: Theodore Shapiro
Fotografía: Robert D. Yeoman
Estados Unidos / 2016 / 117 minutos