Presentada en el pasado Festival de Venecia y seleccionada por Brasil a los Óscar 2022, Desierto particular sigue los pasos de un policía de mediana edad caído en desgracia que busca desesperadamente a una amante contactada a través de internet.
Daniel (Antonio Saboia aporta la multipersonalidad que su personaje exige), un instructor de academia de policía suspendido de sus funciones por sobrepasarse en el castigo a un alumno, lleva una solitaria existencia obligado a cuidar de un padre seriamente afectado por el alzhéimer. Esa triste realidad se ve aliviada al contactar por internet con Sara (huyendo de histrionismos, magnífica la interpretación de Pedro Fasanaro), una persona que vive en la otra punta de Brasil: más de 3.000 kilómetros los separan.
Cuando ella deja de contestar a sus llamadas, él decide emprender un larguísimo viaje para encontrar a la que se ha convertido en una especie de platónica amante virtual. Su viaje y el posterior encuentro con una persona completamente diferente a la que imaginaba cambiará de un modo radical e inesperado la vida de ambos.
Asistimos a un viaje del corazón y una afirmación triunfante del amor y la humanidad. En Desierto particular viajamos desde el sur al norte de Brasil, dos espacios muy distintos a nivel geográfico y emocional.
Así lo perfila el propio realizador: “Es una película de contrastes. Al acompañar el viaje de este policía que sale de la región más conservadora y rica del país hacia el noreste de Brasil, una región pobre y progresista, se perciben en un ámbito muy personal las particularidades del comportamiento y la geografía brasileña. Mientras que en el sur los cuerpos están ocultos por capas y capas de ropa, en el noreste los cuerpos están expuestos al calor. Si en el sur hay silencio y diálogos lacónicos, en el nordeste la gente habla todo el tiempo. Y no sólo se habla, en el noreste la gente se toca mientras habla. Si el sur es gris, el noreste estalla en colores vibrantes. Y este contraste, este encuentro con la diferencia, con el otro, poco a poco modifica a Daniel”.
Este drama sentimental disfrazado de road movie, en el que su protagonista descubre una parte inconfesable de sí mismo, logra captar nuestra atención gracias a una buena dosis de sensibilidad y suspense.
Como reconoce Aly Muritiba, “he dedicado los últimos años de mi carrera a reflexionar sobre el afecto masculino, la forma masculina de ser, estar y amar en la sociedad brasileña contemporánea, una sociedad esencialmente conservadora y patriarcal. La pregunta que me hice en el pasado y ahora es: ¿Cómo amamos los hombres? ¿Cómo podemos expresar lo que sentimos sin herir al otro? ¿Cómo hacerlo, si se nos enseña todo el tiempo que debemos ser fuertes, firmes y fríos? En mis dos películas anteriores, A mi amada (2015) y Óxido (2018), los ejes de transformación por los que pasan los protagonistas son el duelo y la culpa; en Desierto particular el deseo y el amor son los motores. Hablar del amor ha sido mi objetivo”.
Desierto particular
Dirección: Aly Muritiba
Guion: A. Muritiba y Henrique de los Santos
Intérpretes: Antonio Saboia, Pedro Fasanaro, Thomas Aquino, Laia Garín
Fotografía: Luis Armando Arteaga
Música: Felipe Ayres
Sonido: Vitor Moraes
Brasil / 2021 / 125 minutos
Distribución: Surtsey