Verano de 1957. Detrás del reto del creciente mercado del automóvil y del espectáculo y el peligro de la Fórmula 1, el ex piloto Enzo Ferrari (Adam Driver), un hombre visceral e impetuoso, vive en una permanente crisis. La quiebra acecha a la empresa que él y su esposa Laura (Penélope Cruz) construyeron prácticamente de la nada 10 años atrás.

Además, su inestable matrimonio se ve aún más en el aire por el dolor provocado por la temprana muerte del único hijo de ambos. Sobre su odisea empresarial también gravita la personal lucha del commendatore para que sea oficialmente reconocido su otro hijo, el que tiene con Lina Lardi, la mujer con la que mantiene una larga relación que no está dispuesto a cerrar.  

En ese marco también converge su pasión y la de los pilotos que corren para su marca por ganar. La victoria es el único horizonte que contemplan a la hora de afrontar cualquier carrera, especialmente si se trata de la que atraviesa 1.000 millas a lo largo de toda Italia, la icónica Mille Miglia.

Michael Mann dirige este a modo de biopic basado en Enzo Ferrari: El hombre y la máquina, el libro de Brock Yates sobre el que Troy Kennedy Martin y el propio Mann han construido el guion de un largometraje sobre el que, según propia confesión, el realizador ha trabajado durante más de dos décadas.

A destacar el trabajo de quienes dan vida a Enzo y Laura. Adam Driver refleja la sobriedad de un nombre que, además de empresario inflexible, debe enfrentarse a problemas domésticos sobre los que no acaba de decidirse. Por su parte, Penélope Cruz imparte una lección sobre cómo transmitir el dolor y las inquietudes a las que su personaje se enfrenta. De su profesionalidad habla el hecho de que a la hora de preparar su papel se trasladó durante todo un verano a Módena para vivir en la casa en la que la esposa del magnate vivió, visitar las tiendas que frecuentaba e incluso elaborar los mismos platos que aquella mujer, muy aficionada a la cocina, preparaba.

Completan reparto Shailene Woodley, como Lina Lardi; Patrick Dempsey y Jack O’Connell, como los pilotos de carreras Piero Taruffi y Peter Collins; Sarah Gadon, como Linda Christian, y Gabriel Leone como Alfonso de Portago, el carismático piloto español que formó parte destacada de la escudería.  

Un logo leyenda

El origen de ese universalmente conocido corcel encabritado (Cavallino rampante) lo explicó el propio Enzo Ferrari: «La historia del Cavallino es simple y fascinante. El caballito estaba pintado en el fuselaje del caza de Francesco Baracca, el heroico aviador caído en Montello, el as de ases de la I Guerra Mundial. Cuando gané en 1923 el primer Circuito del Savio, que se corría en Rávena, conocí al conde Enrico Baracca, padre del héroe; de aquel encuentro nació otro con la madre, la condesa Paolina. Fue ella quien me dijo un día: ‘Ferrari, ponga sobre sus coches el Cavallino rampante de mi hijo, le traerá fortuna’. Conservo todavía la fotografía de Baracca con la dedicatoria de sus progenitores, en la que me confiaban el emblema».  

El Cavallino original estaba pintado en color rojo sobre una nube blanca, pero Ferrari prefirió pintarlo en negro en señal de luto por los aviadores fallecidos en la guerra, y le añadió un fondo amarillo, color local de Modena, su ciudad natal. Entre ambos hay alguna otra diferencia, como que en el corcel de Ferrari la cola apunta hacia arriba y en el de Baracca hacia abajo.

Ferrari

Dirección: Michael Mann

Guion: Troy Kennedy-Martin y Michael Mann sobre el libro de Brock Yates

Intérpretes: Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley, Sarah Gadon, Patrick Dempsey, Jack O’Connell

Fotografía: Erik Messerschmidt

Música: Daniel Pemberton

Estados Unidos, Reino Unido, Italia / 2023 / 130 minutos

Distribución: Diamond Films

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