Pintora, activista, escritora, imagen de la cultura mexicana, mujer empoderada y transgresora, también símbolo del feminismo, el nombre de Frida Kahlo (1907-1954) alberga una personalidad poliédrica. Los biógrafos coinciden en que no se debe hablar de una, sino de muchas Fridas.
Su legendario estilo, su pasión por la vida, por los hombres, por las mujeres, por la política, su herencia cultural y artística la han convertido en un icono del siglo XX. Pero a medida que se sabe más, con más objetividad y realismo sobre su vida y así lo confirman los testimonios de quienes la trataron y quienes la estudiaron y lo siguen haciendo, se llega a la conclusión de que su vida fue todo menos fácil.
Esta película personal e íntima ofrece acceso privilegiado a sus obras, y destaca la fuente de su creatividad febril, su resiliencia y su sensualidad. Pero, se pregunta e intenta responder el largometraje: ¿qué sabemos de ella como artista? Fue una prolífica autorretratista que utilizó el lienzo como espejo en todas las etapas de su turbulenta y, a veces, trágica vida, claramente condicionada por el gravísimo accidente que sufrió, recién cumplidos los dieciocho años, el 17 de septiembre de 1925.
Guiados por palabras de la propia artista –entrevistas, cartas manuscritas, declaraciones, documentos– y usando las últimas tecnologías que convierten cada una de las entregas de la serie Exhibition on Screen en interesantísimas aproximaciones al artista al que radiografían, el documental profundiza en su obra, accede a sus emociones más profundas y descubre los secretos y el simbolismo contenido en su arte.
Con la participación de académicos y comisarios expertos, la película indaga, desde una nueva perspectiva, en el extraordinario simbolismo de los cuadros de Kahlo: sus eternos autorretratos, sus anhelos maternales o su gran amor por Diego Rivera, al que le unió una intensa, compleja y pasional relación. Al definirla, él escribió: “Frida Kahlo es un ser maravilloso, provisto de una fuerza vital y un poder de resistencia al dolor mucho más allá de lo normal. A este poder está unida, como es natural, una sensibilidad superior, de una firmeza y susceptibilidad increíbles. Esto le da un gran poder de creación imaginativa”.
Profundamente conmovedoras, y a veces desconcertantes, las pinturas de Frida nos hacen navegar en la mente de una de esas artistas realmente irrepetibles. A lo largo de la hora y media de proyección se diseccionan, entre algunas de sus obras más enigmáticas y perturbadoras, aquellas a través de las que expresó su dolor, su amor, sus ideales y su fervor por México. Ahí está su Autorretrato con traje de terciopelo, pintado a los 19 años. Las dramáticas Henry Ford Hospital o La cama volando y Unos cuantos piquetitos. La conmovedora Mi nana y yo. La explícita y desconcertante Lo que el agua me ha dado o Las dos Fridas, que hoy se considera la obra de mayor envergadura que la artista realizó a lo largo de su carrera, aquella que realizó en la cumbre de su capacidad creativa.
Así, el documental se configura como un homenaje esclarecedor a aquella mujer que en 1947 confesaba: “Comencé a pintar por puro aburrimiento de estar encamada durante un año. Y sin darme mucha cuenta. Realmente no sé si mis pinturas son o no surrealistas, pero sé que son la más franca expresión de mí misma. He pintado sin el menor deseo de gloria ni ambición, con la convicción de, antes que todo, darme gusto, y después poder ganarme la vida con mi oficio”.
Tras el fallecimiento de la pintora en la madrugada del 13 de julio de 1954, Rivera se esforzó en convertir la llamada Casa Azul en Coyoacán, en la que Frida había nacido, vivido y dejado de existir, en un museo abierto al público. Con el objetivo de mantener vivo su legado artístico, allí sigue despertando admiración desde 1958.
Frida Kahlo. Vida y arte de un icono global
Dirección: Ali Ray
Guion: Phil Grabsky y Ali Ray
Fotografía: Joshua Csehak y Mario Gallegos
Música: Asa Bennett
Realización: Exhibition on Screen
Reino Unido / 2020 / 90 minutos
Distribución: A Contracorriente