Para recordar aquella tragedia y homenajear a todos los que lucharon contra ella asumiendo grandes riesgos, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios [1], que trabaja en Liberia y Sierra Leona desde hace más de sesenta años, ha producido el documental Ébola. La vida después.
Realizado por Pablo Tosco (Córdoba, Argentina, 1975), el filme se centra especialmente en lo sucedido durante el brote en dos hospitales gestionados por la Orden, el de San José de Monrovia (Liberia) y el de San Juan de Dios de Lunsar (Sierra Leona), a través de testimonios en primera persona de profesionales y pacientes. También muestra las lecciones aprendidas de aquella crisis, que seis años después les ayudarían a afrontar mucho mejor la pandemia de COVID-19, y cómo ha cambiado su vida desde entonces, haciendo patente la capacidad de resiliencia del ser humano frente a las circunstancias más adversas.
Durante la epidemia, 900 trabajadores sanitarios fueron diagnosticados en los tres países, de los cuales 519 fallecieron y, en concreto, la Orden perdió a 18 de sus miembros.
Fotoperiodista y realizador, la trayectoria de Pablo Tosco se centra en el impacto de los conflictos armados, el cambio climático y la desigualdad en la vida de las personas más vulnerables. Las crisis invisibilizadas y las historias silenciadas de estas personas son el foco de su trabajo. Ha documentado, entre otros, proyectos educativos y de construcción de paz en Angola; la vida en los campos de refugiados en Chad, República Centroafricana y Sudán del Sur; proyectos de asociaciones de mujeres en Marruecos, Nicaragua, Perú, República Dominicana y Guatemala; las víctimas de los terremotos en Haití, Nepal y Ecuador; y el impacto de la sequía en la vida de las personas en el cuerno de África, Mauritania y Burkina Faso.
Ébola. La vida después (2024). Realización: Pablo Tosco. Producción: Adriana Castro. Música: Johannes Bornlöf, Fran Villaba y Epi. Duración: 34 minutos y medio.
Tres países
La enfermedad por el virus del Ébola (EVE), antes conocida como fiebre hemorrágica del Ébola, es una enfermedad grave, a menudo mortal, que afecta a los seres humanos y a otros primates. El virus se transmite a las personas a partir de animales salvajes (como murciélagos frugívoros, puercoespines y primates) y luego se propaga en la población humana a través del contacto directo con la sangre, secreciones, órganos u otros fluidos corporales de personas infectadas, y con superficies y materiales (por ejemplo, ropa de cama, ropa) contaminados con estos fluidos.
La tasa media de letalidad de la EVE se sitúa en torno al 50%. Los primeros brotes de EVE se produjeron en aldeas remotas de África Central, cerca de selvas tropicales. El brote de 2014-2016 en África Occidental [2] fue el mayor y más complejo desde que se descubrió el virus por primera vez en 1976. Hubo más casos y muertes en este brote que en todos los demás juntos. También se propagó entre países, empezando en Guinea y atravesando las fronteras terrestres hasta Sierra Leona y Liberia.