Los gatos y Estambul viven una historia de amor y complicidad desde que la historia de la ciudad comenzó a rodar. En la actualidad cientos de miles de estos felinos, estimación que parece exagerada pero proviene de fuentes municipales, vagan libremente por sus intricadas calles. A lo largo de todos estos siglos han deambulado formando parte de la vida de la gente, pasando a convertirse en una parte esencial de las comunidades que conforman la ciudad. Sin dueño, estos animales viven entre dos mundos pues ni son totalmente salvajes ni pueden considerarse plenamente domésticos. Pero otorgan carácter a la urbe y, de una u otra forma, se integran en el paisaje y en la comunidad.
En Estambul, como se constata a lo largo del documental, los gatos funcionan como reflejo de las gentes, permitiéndoles reflexionar sobre sus vidas de una forma distinta, única.
La realizadora Ceyda Torun retrata la capital turca a través de siete gatos callejeros de distintas personalidades. Bajando la cámara al nivel de los ojos de los diferentes animales –los hay tranquilos, astutos, peleones, sensuales, conformistas, traviesos, delincuentes, filósofos… no hay dos iguales– logra perspectivas muy diversas de una ciudad por descubrir.
Queda claro, a pesar de los caracteres tan distintos de los protagonistas, que a pesar de estar tan integrados en el mundo de los humanos, los gatos son ante y sobre todo de ellos mismos. Quien piense que es dueño de la vida de uno de estos felinos, se deduce del filme, convendría que se plantease si en realidad no es más que su siervo.
Kedi –gato en la lengua turca–, que en palabras de la directora «es una carta de amor a estos gatos maravillosos y a esta maravillosa ciudad», ha arrasado allí donde ha sido vista. Desde su estreno en Norteamérica el pasado mes de febrero ha recaudado ya más de dos millones de dólares, convirtiéndose en el tercer documental extranjero más taquillero de todos los tiempos en Estados Unidos, solo por detrás de Babies, de Thomas Balmès, y Pina, firmado por el alemán Wim Wenders.
Dirección y guion: Ceyda Torun
Fotografía: Charlie Wuppermann
Música: Kira Fontana
Turquía, Estados Unidos / 2016 / 79 minutos