Mira hacia la cámara con la naturalidad de quien está acostumbrado a que le filmen. El pequeño Jan lo está desde muy pronto, porque tras la noticia de su trastorno trisómico, al tiempo que intuían que sus vidas cambiaban, Mónica y Bernardo, sus padres, se pusieron manos a la obra de que fuese todo lo feliz que un niño feliz puede llegar a ser.
Acaso para superar temores e incertidumbres, inició Bernardo la escritura de un blog [1] y se compró una cámara a través de la que fue contando el día a día de su hijo. De esos miles de horas de grabación emerge La historia de Jan como un documento lleno de vida en el que se cruzan momentos y circunstancias diversas, no siempre fáciles, que dejan sobre la pantalla el calor de lo humano, de lo verdadero y, por qué no decirlo, del amor como una de las más nobles formas de la entrega y la superación.
«Jan nos ha enseñado a parar, a respirar, a sentir», afirman sus padres siete años después de aquellos días en los que empezaron a sentir que algo no marchaba bien en el recién nacido.
Desde entonces cada nuevo paso, cada nueva sílaba se convirtió en un reto, en un avance que por pequeño que fuera marcaba el afán de superación que la propuesta transmite para dejar en la sala sonrisas, nudos en la garganta y mucha sincera empatía. Todos con Jan, cómplices de su vida de película.
Dirección, guion y montaje: Bernardo Moll Otto
Intérpretes: Jan Moll, Mónica Vic, Bernardo Moll, familiares, amigos, educadores, compañeros…
Fotografía: Alfonso Postigo
Música: Mayor Tom y Guille Mostaza
Locución: Monica Vic
España / 2016 / 94 minutos