Acorde con aquella máxima que sostiene que no es posible vivir sin libros, desfilan por la pantalla entregados amantes de ese objeto que hace dos mil años –aunque en distintos soportes y presentaciones su rastro alcanza los cinco milenios– que nos hace más, mucho más humanos.
Vehículo e instrumento de transmisión de historias, experiencias y conocimientos, el libro también puede ser, por su rareza, por su singularidad o por su valor artístico un objeto ansiado por los coleccionistas. Esos en quienes se detiene muy especialmente el documental de Young. En ellos y en quienes los buscan, encuentran y proporcionan los tesoros que ansían.
A través de entrevistas y testimonios de libreros, coleccionistas y escritores, como Fran Lebowitz, Susan Orlean, Kevin Young, Gay Talese, Parker Posey, Rebecca Romney o David Bergman, el documental de Young examina el impacto de la tecnología en el comercio, el valor de los libros como objetos físicos, el declive de las librerías, –en apenas cincuenta años Nueva York ha perdido más de 250–, la obsesión por coleccionar y la implacable búsqueda del próximo gran hallazgo.
Al tiempo deja un clarividente mensaje: las librerías especializadas en obras antiguas y de coleccionista son un mundo pequeño y fascinante poblado por soñadores, intelectuales, excéntricos y obsesivos. Estos libreros son en parte académicos, en parte detectives y en parte empresarios. Sus conocimientos son tan amplios como el vasto material con el que trabajan y juegan un papel esencial, aunque poco reconocido, en la preservación de la historia.
Y el coleccionista/lector como aquella figura de la que Virginia Woolf comentaba: “He soñado a veces que cuando amanezca el día del juicio y los grandes conquistadores y abogados, juristas y gobernantes se acerquen para recibir su recompensa, el todopoderoso, al vernos llegar con nuestros libros bajo el brazo, se volverá hacia Pedro y dirá, no sin cierta envidia: Míralos; esos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles. Les gustaba leer”.
Libro y lector como seres que se complementan. “El libro también lee al lector. Nos hace como somos…”. Pasión pues en cada reflexión y en cada plano de este entregado documental que se cierra con la imagen en la que la escritora Fran Lebowitz confiesa no concebir la vida sin libros y recomienda no prestarlos: “Una vez David Bowie me pidió que le dejase uno al que yo tenía mucho aprecio. Le sugerí que lo comprase, pero ante su insistencia acabé por dejárselo no sin antes hacerle prometer que me lo iba a devolver, algo que jamás se produjo”.
Depósito de pensamientos y saberes, sentimientos, acciones y fantasías siempre dispuesto a abrirse a la curiosidad y al gozo, el libro nos acompaña, nos consuela, nos enseña. Nos hace más, mucho más humanos… Y el librero, esa figura a la que se rinde homenaje, es el mago que lo pone ante nuestros deslumbrados, agradecidos ojos.
Libreros de Nueva York
The Booksellers
Dirección y guion: D. W. Young
Con los testimonios de Fran Lebowitz, Gay Talese, Susan Orlean, Kevin Young, Parker Posey, Rebecca Romney y David Bergman
Estados Unidos / 2019 / 99 minutos
A Contracorriente / Sherlock Films