El smog al que se refiere el título del nuevo trabajo de Zhangke son las partículas en suspensión, de carácter tóxico, que pueblan el aire del país asiático, que el pasado mes de octubre superó 20 veces el límite de contaminación permitido por la Organización Mundial de la Salud.
Greenpeace informa que estas partículas tóxicas, inferiores a 2,5 micrómetros, alcanzan en 190 ciudades chinas los 60,8 microgramos por metro cúbico a lo largo de un año. Únicamente 18 ciudades alcanzan cada año el valor permitido en el país de 35 microgramos. Aun así, la OMS recomienda como valores máximos 25 microgramos en 24 horas y 10 microgramos como promedio anual.
Esta situación obliga a los 20 millones de habitantes de Pekín a llevar máscaras protectoras para salir a la calle, alerta que se incrementa en el caso de ancianos y niños, a los que se recomienda permanecer en sus domicilios el mayor tiempo posible. Los pekineses parecen tristemente acostumbrados a llevar mascarillas tapando su boca y nariz, situación que Zhangke retrata en su documental.
«Lo que me fascinó durante el rodaje y lo que más me consternó es el hecho de que las personas siguieran adelante con su vida normal incluso en días con mucho smog«, declara Zhangke, que conecta en su pieza a una familia de mineros de la provincia de Hebei, una de las más castigadas por la polución, con otra de mayor nivel adquisitivo que reside en Pekín.