En una ciudad francesa de provincias, Marc (Benoît Poelvoorde) pierde el tren para volver a su casa de París y conoce a Sylvie (Charlotte Gainsbourg). A lo largo de la noche pasean y hablan de todo, excepto de ellos mismos, acaso sin darse cuenta de que están “enganchando” sus corazones.
Cuando él toma el primer tren de la mañana acuerdan encontrarse unos días más tarde en París sin saber prácticamente nada uno del otro. Sylvie acude puntual a la cita, pero Marc se retrasa y cuando llega al lugar del encuentro ella se acaba de ir. Mientras Marc sigue buscando a Sylvie conoce a otra mujer, Sophie (Chiara Mastroianni), sin saber que es la hermana de Sylvie. Se casarán.
Marc y Sylvie volverán a encontrarse años más tarde, pero…
Música y tensión
Hay en 3 corazones una continuada tensión muy del gusto de Jacquot, que dota a la cinta de una atmósfera de thriller reforzada por la banda sonora de Bruno Coulais, que firma una partitura llena de quiebros que se adapta como un guante a los vaivenes de una historia sin salidas, pero creíble.
En esa credibilidad tienen protagonismo fundamental el actor y las dos actrices que conforman el triángulo y Catherine Deneuve, en su papel de madre de las enamoradas, madre también en la vida real de la Mastronianni, con la que es la quinta vez que trabajan juntas.
Lo que nos cuenta Benoît Jacquot ya lo hemos visto (la historia del cine está llena de triángulos de difícil definición), pero no por ello deja de interesarnos. Irregular en sus propuestas, pero siempre con un punto de atracción, el director francés vuelve a demostrar que hay que estar atentos a su forma de concebir y contarnos las historias. En esta ocasión parece presentarnos el amor y la pasión como cosas opuestas.
Dirección: Benoît Jacquot
Guión: Julien Boivent y Benoît Jacquot
Intérpretes: Benoît Poelvoorde, Charlotte Gainsbourg, Chiara Mastroianni, Catherine Deneuve, Patrick Mille, André Marcon
Música: Bruno Coulais
Fotografía: Julien Hirsch
Montaje: Julia Grégory
Francia-Alemania-Bélgica / 2014 / 106 minutos