El crimen que lo cambió todo (o casi)

Mamie se convirtió en una combatiente revolucionaria al empeñarse en enseñar al mundo el cuerpo brutalmente mutilado de su hijo en un ataúd abierto, desafiando la opresión y el odio. «Quería que el mundo viera lo que le habían hecho a mi hijo», dijo entonces.

Ante la sorpresa de una sociedad racista, otorgó los derechos en exclusiva a la revista Jet Magazine para que publicara imágenes del cuerpo de su hijo, logrando que el mundo entero se enterara del linchamiento. El valor de aquella madre se transmutó en un pilar del movimiento proderechos humanos y la convirtió –algo que ella misma confesó que no pretendía– en una activista de la NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color). «Cuando la gente vio lo que le había pasado a mi hijo se alzaron los que nunca lo habían hecho, incluso hablaron. Hablaron lo que siempre se habían callado».

«Algo me impulsó a defender el legado de Mamie y a colocarla bajo los focos, en el lugar al que realmente pertenece y merece». explica la directora del filme. «Su desconocida historia se basa en la resiliencia, en el valor frente a la adversidad y en una indescriptible desolación. Reconozco que la oportunidad de centrar la película en ella y poder desgranar las capas de ese capítulo de su vida me pareció todo un reto que acepté con profundo respeto y honestidad. Mamie luchó a diario contra el racismo, el sexismo y la misoginia, obstáculos que se multiplicaron exponencialmente con la muerte de Emmett. No se acobardó. Al contrario, se convirtió en una guerrera en pro de la justicia que me ayudó a entender y moldear mi propio camino hacia el activismo. Como cineasta solo me importaba mostrarla en toda su compleja humanidad. El quid de la historia no es la violencia física que se infligió a Emmett, sino el increíble recorrido posterior de Mamie. Ella se guía por el amor que siente por su hijo porque en esencia esta película es una historia de amor. Además del dolor y de la desolación me pareció sumamente importante dejar patente en toda la película el afecto que les unía».

La actriz Danielle Deadwyler encarna a Mamie Till-Mobley en una interpretación al tiempo desafiante y contenida. La carismática Whoopi Goldberg es Alma Carthan, la madre de Mamie, además de una de las productoras de la película, una mujer complicada y vulnerable que intenta sortear los habituales actos racistas del sur tradicional y adaptarse a la lucha por la liberación negra del norte. Jalyn Hall es Emmett Till, un chico jovial que aún conserva la inocencia de la infancia. Roger Guenveur Smith, como el Dr. T.R.M. Howard, hace una interpretación breve pero intensa. Completan el reparto Haley Bennett, Jayme Lawson y Tosin Cole, que meten de lleno al espectador en la tensa historia.

Como concluye Chinonye Chukwu: «Espero que los espectadores conecten con los seres humanos que ven en la pantalla y descubran la conexión con realidades culturales y políticas del momento actual que siguen lamentablemente produciéndose. Y también espero que la historia de Mamie nos ayude a darnos cuenta del poder que todos llevamos dentro y de nuestra capacidad de luchar por los cambios que queremos en el mundo, tal como ella hizo».

[En 1955 tuvo lugar un simulacro de juicio del que los dos sospechosos del asesinato fueron declarados inocentes, aunque años más tarde, y tras haber cobrado cuatro mil dólares de una publicación, confesaron ser autores del crimen, pese a lo que siguieron libres el resto de sus vidas. Por su parte, Carolyn Bryant, la cajera blanca de la tienda de ultramarinos del pueblo a la que el chico supuestamente silbó, y que como quedó demostrado mintió repetidamente en sus declaraciones durante el juicio, nunca fue juzgada por la falsedad de sus testimonios].