Irene (Jasmine Trinca, ecléctica, convincente en su papel) tiene 32 años y es una mujer aparentemente normal. Hace tres que decidió dedicar su vida a personas en busca de ayuda, asistiendo y aliviando sufrimiento a quienes viven situaciones extremas o enfermedades terminales, incluso cuando encaran decisiones límite. Por eso su seudónimo en la organización para la que trabaja es Miel.
Secreto
Acaso el secreto que guarda sobre su actividad condiciona su soledad. Vive sola, tiene relaciones ocasionales y rehúye vínculos afectivos que la liguen a medio o largo plazo.
Pero, así es la vida, un día conoce a Grimaldi (Carlo Cecchi), un hombre de 70 años en perfecto estado de salud, que ha decidido no seguir en este lado de la luz. El encuentro entre ambos pondrá a prueba las convicciones de Miel, y provocará un fuerte debate entre ellos.
Al tiempo que esa relación va llenándose cada día de mayores implicaciones emocionales, la vida de Miel cambiará para siempre, al cuestionarse hasta qué punto está perpetuando mentira y ambigüedad en su existencia. Poco a poco ese lastre va minando sus convicciones.
Polémica
Polémica servida al plantear temas de tanta enjundia como la eutanasia o el derecho a una muerte digna contraponiéndola a la «obligación» de vivir, o el miedo a la propia muerte, o el cerco al que somete la soledad no buscada…
Cuestiones sobre los que la cinta planea sin juicios fáciles ni tomas de postura. Simplemente se nos narran situaciones para que seamos nosotros, como espectadores, los que saquemos conclusiones.
Humanidad y sufrimiento planean, y ahí radica su principal problema, porque a ratos se demanda algo más de vuelo que el mero «planear». Pero aun así, Miel es una emotiva, sensible y reflexiva película sobre la dignidad del ser humano, sobre la amistad intergeneracional y la comprensión frente al aislamiento individual, sobre el derecho a decidir sobre uno mismo, sobre la compasión y la solidaridad, sobre la deshumanización y la crisis de valores, sobre el despertar de la conciencia, sobre la juventud y, en definitiva, sobre la muerte.
Pero, por encima del debate social sobre el suicidio asistido, Miel constituye un honesto viaje emocional y, en el fondo y sobre todo, un contundente canto a la vida.
[1]Miel [2]Dirección: Valeria Golino
Guion: Valeria Golino, Francesca Marciano, Valia Santella (Basado en la novela A nome tuo, de Mauro Covacich)
Intérpretes: Jasmine Trinca, Carlo Cecchi, Libero De Rienzo, Vinicio Marchioni e Iaia Forte
Fotografía: Gergely Pohárnok
Montaje: Giogiò Franchini
Productoras: Buena Onda y Les Films des Tournelles
Distribuidora: Good Films
Italia-Francia / 2013 / 96 minutos