En el comunicado que anuncia la concesión del premio a Scola, Alberto Barbera, director del Festival, dice de él que “se ha impuesto como uno de los autores más importantes del cine italiano. Ha contribuido de manera decisiva a engrandecerlo y a hacer que sea apreciado en todo el mundo, primero como guionista y luego como director. El premio es una forma de reconocer la deuda por tantos regalos como ha hecho al cine en el transcurso de una larga y ejemplar carrera artística”.
Pese a su dilatado currículum y a haber acudido en dos ocasiones al Festival, Scola nunca ha sido galardonado en el Lido veneciano, que el próximo 6 de septiembre se pondrá a sus pies con la entrega del premio Jaeger-LeCoultre Glory y la posterior proyección de Che Stfano chiamarsi Federico!. Su último trabajo es un homenaje a Federico Fellini coincidiendo con el 20 aniversario de la muerte del responsable de títulos como Ocho y medio y La dolce vita.
Scola y la Mostra
La primera vez que Scola acudió a la Mostra dentro de concurso fue en 1989 con Che ora è?, película protagonizada por Marcello Matroianni y Massimo Troisi. El segundo se llevó aquel año la Coppa Volpi como mejor actor.
Seis años después regresó al Festival con Romanzo di un giovane povero. La película no obtuvo premio alguno, pero sí su actriz protagonista, Isabella Ferrari. La última vez que Scola estuvo en el Lido no fue para competir, si no como presidente del jurado en 1998, año en el que el León de Oro fue para Cosà ridevano, de Gianni Amelio.
El reconocimiento a Scola no se circunscribe solo a Italia, donde ha recibido seis David di Donatello. En Francia ha sido galardonado con tres Cesar y en cuatro ocasiones ha visto nominadas sus películas a los Oscar. Una giornata particolare (1977), I nuovi mostri (1978), Ballando ballando (1983) y La famiglia (1988) fueron los títulos candidatos al otro lado del océano.