De segundas o terceras oportunidades

Estrenado en la última edición de la Mostra de Venecia, en la que Schrader recibió el León de Oro honorífico al conjunto de su carrera, el filme está protagonizado por un soberbio Joel Edgerton, al que acompañan en actuaciones también de altura Sigourney Weaver y la joven Quintessa Swindwell.

Perseguido por un pasado como asesino a sueldo que intenta desesperadamente dejar atrás, Narvel es el meticuloso jardinero de la mansión Gracewood Gardens. Está tan dedicado a cuidar los jardines de esta maravillosa e histórica finca como a complacer a su dueña, la rica viuda Sra. Havernhill, una mujer caprichosa que desconoce quien es realmente el hombre en el que confía y con el que mantiene una compleja relación.

Muy pronto el caos se apodera de la ordenada existencia de Narvel cuando la Sra. Havernhill le exige que tome como aprendiz a su rebelde y problemática sobrina nieta Maya. Esta inesperada situación va a sacar a la luz oscuros y violentos secretos que se convierten en una amenaza para todos.

Género, edad y raza

A través de una admirable cadencia cinematográfica, al relatar la compleja historia del protagonista al servicio del supremacismo blanco estadounidense, El maestro jardinero refleja las tensiones raciales de la América contemporánea.

Aunque en un principio no se concibió como una trilogía, esta nueva entrega constituye la culminación de un tríptico de películas que comenzó en 2017 con El reverendo y siguió en 2021 con El contador de cartas.

Los orígenes de estas historias se remontan a los primeros años de la carrera de Schrader. «El personaje surgió con Taxi Driver (1976), que era una extensión del héroe existencial de la ficción europea», dice el propio realizador. «Cada capítulo de la trilogía se refiere a hombres que se enfrentan a crisis existenciales con vidas solitarias. Seres que se esconden detrás de sus trabajos cotidianos en espera de que algo cambie radicalmente. En espera, en definitiva, de una nueva oportunidad para seguir viviendo».

«Se trata de encontrar una metáfora rica y compleja, ya sea un gigoló (American Gigoló, 1980), un traficante de drogas (Posibilidad de escape, 1992), un jugador (El contador de cartas, 2021) o un jardinero», afirma Schrader, para el que «la jardinería es una metáfora especialmente rica, tanto en lo positivo como en lo negativo».

Aunque la película comparte algunas técnicas narrativas con trabajos anteriores, El maestro jardinero se desvía de ellos. «Tienes que crear un entorno social diferente en cada película y después empezar a mover sutilmente a los personajes. Se trata de hacer vino nuevo en odres viejos. Esta vez tenemos a un hombre atrapado entre dos mujeres, una lo suficientemente mayor para ser su madre y la otra lo suficientemente joven para ser su hija”.

En la película, la Maya a la que da vida la actriz Quintessa Swindell tiene unos 20 años y Narvel casi 50, mientras que la Sra. Haverhill es mayor que ambos. Schrader quería que esas diferencias de edad reforzaran el inquietante malestar que planea en la película. «Quería que las diferencias de edad de los personajes potenciaran el malestar de la situación. La edad, la raza y el género formaban una buena tríada narrativa, donde todos los vértices del triángulo se encuentran de diferentes maneras a medida que se adentran en la historia. Es una película donde la edad, el género y la raza chocan con resultados explosivos».

Como en el resto de la trilogía mencionada, la película que ahora se estrena también se hace eco del mensaje de la redención a través del amor. Pero en esta ocasión, Schrader ofrece una perspectiva diferente, puede que más esperanzadora, pues incide en la idea de que la única esperanza que tienen estos antihéroes existenciales es encontrarse a sí mismos a través del amor.

Guionista de algunos de los títulos más relevantes de los últimos tiempos, como Taxi Driver, Toro Salvaje o La última tentación de Cristo, dirigidas por Martin Scorsese, y Obsesión, de Brian de Palma, Paul Schrader debutó en la dirección en 1978 con Blue Collar. A lo largo de su carrera ha escrito o dirigido más de treinta filmes, entre los que, como realizador, además de los mencionados, se cuentan American Gigoló, El beso de la pantera, Mishima y Aflicción.