Días de invierno en una pequeña cala cerca de Marsella. Allí, al borde del mar, Angèle, Joseph y Armand vuelven a reunirse en la casa que construyó su padre, un anciano al que un ictus ha postrado en una silla de ruedas en estado vegetativo. Una vuelta a casa marcada por los recuerdos que les hicieron ser como son.

Angèle es actriz y vive en París. Joseph, maduro y taciturno, está enamorado de una chica mucho más joven que él y Armand es el único que se quedó en el pueblo para llevar el pequeño restaurante familiar.

Es el momento de descubrir qué ha quedado de los ideales que les transmitió su progenitor, del mundo fraternal que construyó en este lugar mágico en torno a un sencillo comedor para obreros… Pero la llegada de una patera a una cala vecina y el descubrimiento de tres de sus ocupantes, tres niños, hará que las reflexiones de los hermanos adopten, en función de la personalidad de cada cual, rumbos diferentes.

Rodada en la Calanque Méjean, una cala en torno a la que ha surgido un pequeño grupo de casas próxima a la ciudad de Marsella, entrañable escenario habitual de las películas de Guédiguian, La casa junto al mar nos mira a los ojos a través de los de unos intérpretes que transpiran verdad y entre los que Ariane Ascaride logra otra de sus candorosas actuaciones.

Abocados al cambio

Esta troupe colaboradora en casi todos los proyectos del realizador marsellés atesora mucho vuelo en sus mochilas y hace cómplice al espectador de lo que nos cuenta acerca del paso del tiempo, amores pasados, amores venideros y, en definitiva, de un mundo irremisiblemente abocado al cambio.

El film tuvo su estreno internacional en el pasado Festival de Cine de Venecia, donde el jurado Signis (organización no gubernamental con miembros en más de cien países) le otorgó su premio mayor por ser «un tratado contemporáneo sobre el mundo en que vivimos. Una película que nos dice mucho sobre las tradiciones familiares, el significado del hogar, el trato hacia los vecinos y la difícil situación de una población envejecida».

En el mismo Festival también logró el Premio Unimed a la diversidad cultural y libertad de expresión concedido por un jurado internacional de estudiantes universitarios que valoró la capacidad de representar con credibilidad temas tan presentes en la sociedad actual como la integración y el multiculturalismo.